domingo, 4 de diciembre de 2022

Segundo Domingo de Adviento

 Hoy es el Segundo Domingo de Adviento.  El Evangelio de hoy nos habla sobre San Juan Bautista, que nos llama al arrepentimiento de nuestros pecados para prepararnos para la venida de Jesús, para el reino de los cielos.  Nos decía el sacerdote que no debemos confundir el remordimiento con el arrepentimiento.  El remordimiento nos hace sentir mal por nuestros culpas, pero no dura mucho tiempo. En cambio, si nos encontramos realmente arrepentidos, tendremos un cambio en nuestra manera de pensar, tendremos una verdadera conversión del corazón.  Y cambiaremos nuestra forma de actuar alejandonos de nuestros pecados.  Por esto San Juan Bautista nos llama al arrepentimiento.  Debemos entonces arrepentidos acercarnos a la fuente de gracia que es Jesucristo y confesar nuestros pecados en el confesionario.  Recordemos también lo que declaramos en el acto de contricción, donde prometemos: "alejarme de las ocasiones de pecar, confesarme y cumplir la penitencia...". Y asi recibiremos a Jesús con un corazón digno de El.

Hoy también fue mi turno de leer la primera Lectura en donde el profeta Isaias nos habla de una bella promesa cuando venga Jesús, entre otras cosas que el león y el caballo paceran juntos.  Es decir la paz que puede venir solo en presencia de Jesús.  Con la esperanza de ésta paz les dejó un pequeño cuadro que pinté hace unos años y que exemplifica la paz que puede venir a nuestros corazones si tenemos una verdadera conversión y dejamos que Jesús sea quien reine en nuestras vidas: es un cordero al lado de un león, bajo una estrella, que bien podría ser la estrella de Belén.






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