lunes, 25 de abril de 2016

Te Presiento



Si, te presiento
En el murmullo
De la voz del viento
En el aroma
De la flor que se abre
En el rayo de luz
Y hasta en la lluvia
Presente estas
En la sonrisa
Del que está a mi lado
En la homilía
Del domingo en la misa
Y en mi vida

siempre estas presente.

sábado, 23 de abril de 2016

Salmo 139 y Tú Me Conoces de la Hermana Glenda


SALMO 139
Del maestro de coro. De David. Salmo.
Señor, tú me sondeas y me conoces
2 tú sabes si me siento o me levanto;
de lejos percibes lo que pienso,
3 te das cuenta si camino o si descanso,
y todos mis pasos te son familiares.
4 Antes que la palabra esté en mi lengua,
tú, Señor, la conoces plenamente;
5 me rodeas por detrás y por delante
y tienes puesta tu mano sobre mí;
6 una ciencia tan admirable me sobrepasa:
es tan alta que no puedo alcanzarla.
7 ¿A dónde iré para estar lejos de tu espíritu?
¿A dónde huiré de tu presencia?
8 Si subo al cielo, allí estás tú;
si me tiendo en el Abismo, estás presente.
9 Si tomara las alas de la aurora
y fuera a habitar en los confines del mar,
10 también allí me llevaría tu mano
y me sostendría tu derecha.
11 Si dijera: «¡Que me cubran las tinieblas
y la luz sea como la noche a mi alrededor!»,
12 las tinieblas no serían oscuras para ti
y la noche será clara como el día.
13 Tú creaste mis entrañas,
me plasmaste en el seno de mi madre:
14 te doy gracias porque fui formado
de manera tan admirable.
¡Qué maravillosas son tus obras!
Tú conocías hasta el fondo de mi alma
15 y nada de mi ser se te ocultaba,
cuando yo era formado en lo secreto,
cuando era tejido en lo profundo de la tierra.
16 Tus ojos ya veían mis acciones,
todas ellas estaban en tu Libro;
mis días estaban escritos y señalados,
antes que uno solo de ellos existiera.
17 ¡Qué difíciles son para mí tus designios!
¡Y qué inmenso, Dios mío, es el conjunto de ellos!
18 Si me pongo a contarlos,
son más que la arena;
y si terminara de hacerlo,
aún entonces seguiría a tu lado.
19 ¡Ojalá, Dios mío, hicieras morir a los malvados
y se apartaran de mí los hombres sanguinarios,
20 esos que hablan de ti con perfidia
y en vano se rebelan contra ti!
21 ¿Acaso yo no odio a los que te odian
y aborrezco a los que te desprecian?
22 Yo los detesto implacablemente,
y son para mí verdaderos enemigos.
23 Sondéame, Dios mío, y penetra mi interior;
examíname y conoce los que pienso;
24 observa si estoy en un camino falso
y llévame por el camino eterno.


viernes, 1 de abril de 2016


Alguna vez me preguntaron por mi fe, no recuerdo la pregunta, pero si la respuesta.  Dije que mi fe me daba la esperanza de volver a ver a mis seres queridos otra vez en el cielo.  Y es que si Jesús esta vivo, también lo están todos aquellos que creyeron en El.  Y algún día resucitarán a la vida eterna, aunque algunos ya gozan en la gloria de Dios.  Recuerdo que de niña me daba miedo dormir, pensaba que tal vez no volvería a despertar y me espantaba la idea de ya no existir, aún no comprendía la Pascua, aún no tenía fe.  Así que no fue hasta que comprendí que si moría no dejaría de existir, que aprendí a dormir tranquila.