2022 y Salmo 138

Tú me hiciste, mi Dios,

Tú me has creado

¿Cuantas veces en la noche oscura

Te supliqué: No desprecies

La obra de tus manos?

Tú me has creado Señor.

Nos has creado a todos.

Y somos tu creación e hijos tuyos.

No desprecies la obra de tus manos.

Danos un Año Nuevo cargado de esperanza.

Aleja la injusticia, la maldad, el rechazo

A tus hijos pequeños.

Danos un cielo azul por la mañana,

Una tarde de color durazno,

Y una noche estrellada.

Llena nuestros pulmones de aire puro,

Los labios de sonrisas,

Nuestra mente de sueños,

Nuestros sueños de metas,

Y haz que lleguemos,

Como hoy empezamos,

Con alegría, ilusión

Y el corazón latiendo de emoción

Porque nos amas.

No desprecies la obra de tus manos,

Aleja la pandemia, dile que ya se vaya.

Y que al abrir los ojos cada día

Te demos gracias porque

Nos has creado,

Has querido vivamos este día.

Ayer es ya pasado,

Que el hoy se convierta en un bello recuerdo

Y el mañana llegué a cuantos tu desees

Y a los que no, que puedan ver tu rostro.

No desprecies la obra de tus manos,

Danos un Féliz Año que comienza

Y sea Jesús esa paz que no parte.

Y este contenta, triste o preocupada,

Mi amigo fiel: Jesús, traiga paz a mi alma.

Y el 2022 sea un año de esperanza.

SALMO 138

1 De David.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,

te cantaré en presencia de los ángeles.

2 Me postraré ante tu santo Templo,

y daré gracias a tu Nombre

por tu amor y tu fidelidad,

porque tu promesa ha superado tu renombre.

3 Me respondiste cada vez que te invoqué

y aumentaste la fuerza de mi alma.

4 Que los reyes de la tierra te bendigan

al oír las palabras de tu boca,

5 y canten los designios del Señor,

porque la gloria del Señor es grande.

6 El Señor está en las alturas,

pero se fija en el humilde

y reconoce al orgulloso desde lejos,

7 Si camino entre peligros, me conservas la vida,

extiendes tu mano contra el furor de mi enemigo,

y tu derecha me salva.

8 El Señor lo hará todo por mí.

Señor, tu amor es eterno,

¡no abandones la obra de tus manos!

Querido Niño Dios

Querido Niño Dios,

Mi amado buen Jesús,

Tan pequeñito eres

Y tan grande a la vez.

Vienes en Navidad

A alegrar nuestra vida

Y sin embargo siempre

Con nosotros estás.

Te llaman Emanuel

Pues Dios siempre has sido

Desde el tiempo infinito.

Y te nos haces niño para estar con nosotros

Niño Dios de Belén.

Que bello que has venido

Quedate con nosotros

En nuestros corazones.

No te vayas jamás.

Para que siempre brille

La luz de la esperanza

Y sea tu amor divino

El que me enseñe a amar.

Para que crea en ti siempre

Este triste o contento.

Quedate, no te vayas,

Sea siempre Navidad.

¡Féliz Navidad!

Que tengan el regalo de la fé y la paz de Su Amor ésta Navidad y siempre.

Una Oveja Negra En La Gruta de Belén - Un cuento de Navidad

 Erase una vez una oveja diferente a todas las demás.

Las ovejas, se sabe, son blancas; pero ella era negra, negra como la brea. Cuando pasaba por los campos, todos se burlaban de ella, porque en un rebaño blanco sobresalía como una mancha de tinta sobre una sábana blanca: ¡Mira una oveja negra! Qué animal original; ¿quién se cree que es?».
También las compañeras de ovejas le gritaban detrás: «Oveja equivocada, ¿no sabes que las ovejas deben ser todas iguales, todas envueltas en blanca lana?».
La oveja negra no podía más, esas palabras eran como piedras y no podía digerirlas. Y así decidió salir del rebaño y marcharse sobre los montes, sola: "Por lo menos allí podía comer en paz y descansar a la sombra de los pinos." Pero tampoco en la montaña encontró paz. «¿Qué vivir es esto? ¡Siempre sola!», se decía después de que el sol se ponía y la noche llegaba.
Una noche, con la cara llena de lágrimas, vio lejos una cueva iluminada por una débil luz. «¡Dormiré allí!» y se puso a correr. Corría como si alguien la atrajera. «¿Quién eres?», le preguntó una voz cuando entró. «Soy una oveja que nadie quiere: ¡una oveja negra! Me echaron del rebaño».
«¡Lo mismo nos pasó a nosotros! También para nosotros no había lugar con los demás en la posada. Tuvimos que refugiarnos aquí, yo José y mi esposa María. Precisamente aquí nació un hermoso niño. ¡Ahí está!». La oveja negra estaba llena de alegría. Antes de todas las demás podía ver al pequeño Jesús. «Tendrá frío; ¡dejadme acercarme para calentarlo!». María y José respondieron con una sonrisa. La oveja se acercó estrecha al niño y lo acarició con su lana.
Jesús se despertó y le susurró al oído: «Precisamente por eso he venido: por las ovejas perdidas».

- Angelillo D'Ambrosio -

Racconto di Natale -  Ediz. Aquaviva

Traducción con la ayuda de www.reverso.net con dos pequeñas correcciones mias.

Esperanza

 La Esperanza es una de las tres virtudes teologales, al igual que la fe y el amor.  Y al igusl que ellas es un don de Dios.  La esperanza cristiana nos hace esperar en las promesas de Dios.  Entre ellas, que enviaría a un Salvador a su pueblo.  Y Jrsús nos promete que estará con nosotros hasta el final de los tiempos.  A veces es díficil sentir esperanza cuando todo parece ir en nuestra contra.  Sin embargo tenemos un Padre Dios que nos ama y nos acompaña en esos momentos díficiles.  ¿Cómo dudar del amor de Dios si fue capaz de entregar a su propio Hijo por nosotros?  O de Dios Hijo que fue capaz de convertirse en hombre y presentarse ante nosotros como un bebé, como un Niño Dios, pequeñito e indefenso por amor a nosotros, por obra del Espiritu Santo?   No desfallescamos y recordemos que Jesús vino a morir en un madero, pero después fue glorificado en la resurrección.  Dios tenía un plan para salvarnos de nosotros mismos.  Igualmente tiene un plan para nuestras vidas y un plan para nuestra salvación.  Fijemos nuestra mente y corazón en la esperanza del nacimiento de Jesús y recordemos que no hay nada que pueda separarnos del amor de Dios.  Confiemos en la misericordia de Dios en nuestras vidas y esperemos a Jesús con gozo.

Un Regalo Para el Niño Dios: Jesús

 

Hace años me preguntaba que regalos recibe Jesús en Navidad, siendo este su cumpleaños.  Me he conmovido y he decidido regalarle un corazón que El pueda moldear, un corazón que se parezca más al suyo.  El domingo pasado el sacerdote nos propusó obsequiarle a Jesús buenas obras.  Una buena obra por día, como yo lo diría: un ramillete de buenas obras.  Así no llegaremos con las manos vacías frente al niño Jesús.  Podemos ofrecerle tantas cosas.  Hoy me propusieron renovar mi espiritualidad.  Y si confieso, ya lo tenía pensado.  En este tiempo de espera prepararnos para tecibir a Jesús entregandole además lo que es únicamente nuestro: nuestras debilidades, nuestros miedos, nuestra miseria.  Confesemonos y dejemos que Jesús, con su gracia, trabaje en nosotros y todo eso que nos aleja de Él, lo convierta en virtudes.  Recuperemos la fe, la esperanza, solos nada podemos, pero con Jesús todo es posible, pues para Dios nada es imposible.  Y digamosle como lo dijo Ernestina de Champourcin en su poema acerca de  Zaqueo:  "Para que te quedarás yo misma me fui yendo, puedes entrar, no hay nada."  Si, renovemos nuestro espíritu y nuestro corazón y llenemoslo del único que puede sanarlo y cambiarlo: Jesús: Nuestra Esperanza.

Mi Mejor Amigo

En ti se esconde

Mi alma

En ti se apoya

Mi corazón

Tu eres mi alivio:

Mi buen Jesús,

Tú eres mi mejor amigo.