jueves, 28 de julio de 2011

Lucas 9:60

Hace unos meses me dijo un amigo: “¿Que crees que quiso decir Jesús cuando dijo que si lo querían seguir dejaran que los muertos enterraran a sus muertos?”, no recuerdo que le respondí me parece que debíamos dejar todo si queríamos seguirlo, pero enseguida él me contestó muy contento “yo creo que porque los que seguimos a Jesús estamos vivos”, y me contagio de su alegría.  Fue una plática muy corta, pero que me dejo una sonrisa pues no solo los que dejan todo por Cristo son sus seguidores, también lo somos los fieles.  Y somos parte del cuerpo místico de Jesús. Y que mejor vida que siguiendo a Jesús.

Lucas 9:60:

'Pero Jesús le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios».'

miércoles, 20 de julio de 2011

La Misericordia de Dios

Recuerdo que hubo un tiempo en el que me esmeraba por ser digna del perdón de Dios.  Y otro tiempo después en el que no me sentía merecer su perdón.  Ahora se que su misericordia supera los pecados del mundo entero.  Que es por su gracia y no por nuestros meritos que nos otorga su perdón.  Lo que El espera es solo un corazón arrepentido. Y leemos en Efesios  2:8-9: “Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios;  no por obras, para que nadie se gloríe.”  Y sabemos que la misericordia es el atributo más grande de Dios.  Pues tenemos un Dios lento a la cólera y rico en clemencia, nos lo dice el Salmo 102:

El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la cólera y rico en clemencia;
no está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.

Dios es por tanto un Dios de amor.  Recuerdo un canto que solíamos cantar al principio de cada reunión de jóvenes en la iglesia; habla del amor y del perdón de Dios y dice que es tan alto que no podemos estar arriba de el, tan ancho que no podemos estar afuera de el, pues grande es el amor/perdón de Dios. 

Y fue tan grande el amor de Dios por los hombres que tuvo gran misericordia de nosotros y nos dio a su único hijo, Jesús,  que ofreciéndose a si mismo en la cruz por nuestros pecados y resucitando al tercer día, nos trajo así la esperanza de salvación y de vida eterna.  Dios en su infinita misericordia no dejo solo al hombre después de desterrarlo del Paraíso, nos ofrece a Jesús como camino, verdad y vida.  Su misericordia es tan grande que por causa del pecado de Adán y Eva manda a Jesús a redimirnos.  Y quisiera haber sabido esto cuando alguien hace años me preguntaba el porque Dios sabiendo que Adán y Eva pecarían, porque Dios sabiendo el destino el hombre, nos  creó.  ¿Por qué? Por su infinita bondad y misericordia, fruto de su amor.  Nos lo dice Santa Faustina en su diario, que en la creación misma Dios nos muestra su misericordia.  Y nos dice también el apóstol Juan en  1 Juan 14:19, “nosotros le amamos a El, porque El nos amo primero”.  Y nos creo por amor a Jesús, “todo fue creado por medio de El y para El. Y así, por Cristo, Hijo único de Dios, Dios nos muestra su misericordia.

¿Como dudar del amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo viendo a Jesús clavado en la cruz? Dice Santa Faustina Kowalska en su diario en su versión en Ingles “I thank you Jesus, You who first drank the cup of bitterness before You gave it to me, in a much milder form.” O traducida por mi “Te doy gracias Jesús.  A ti que tomaste primero el cáliz de amargura antes de dármelo a mí en una forma mucho más suave.”  Y no debemos acaso estar agradecidos con Jesús, pues no hay sufrimiento humano mayor que el que Jesús sufrió en la cruz, que mayor prueba de su misericordia, de su amor.  Jesús, que sabiendo nuestras debilidades, sale en busca de la oveja perdida, pues dice de los corazones angustiados por el peso de sus pecados en el Diario de Santa Faustina “These souls have a right of priority to My compassionate Heart, they have first access to My mercy” , “Estas almas tienen prioridad en mi Corazón compasivo, ellas tienen preferencia en mi misericordia”.  Pero para entrar en su misericordia debemos tener confianza en El, acercarnos al confesionario, estar abiertos a recibir su perdón y las gracias espirituales que El quiera darnos.  Le dice Jesús a Santa Faustina que El mismo es misericordia para un corazón  arrepentido, que nuestra miseria mueve su corazón hacia nosotros con gran misericordia.  Y Jesús mismo nos da una nueva oración por medio de Santa Faustina “La coronilla a la Divina misericordia”.  Y nos dice si se reza ante una persona agonizante se parara entre Dios Padre y la persona, no como Justo Juez sino como compasivo Salvador y que traerá grandes gracias a la hora de la muerte a quien la resé.  Acerquémonos con confianza al confesionario, donde Jesús mismo nos perdona por medio del sacerdote.  Enseguida pongo un link con instrucciones de como rezar la coronilla, a la hora de la misericordia, a las tres de la tarde:



Y este con el link al Diario de Santa Faustina Kowalksa en español (esta página tarda en aparecer, primero parece no estar escrita en español, pero después de unos minutos aparece):



La imagen que muestro de Jesus fue pintada por orden de Jesús y con la ayuda de Santa Faustina por un pintor polaco.  El rayo rojo que sale de su corazón representa la sangre que es la vida de las almas y el  blanco el agua que purifica las almas.  Ambas brotaron del corazón de Jesús el dia que fue crucificado, cuando la lanza atravezó su  corazón.  Y lee "Jesús en Ti Confio".

Doy gracias a Dios por haberme permitido conocer la coronilla a la Divina Misericordia que me ayudo en sobremanera un tiempo que estuve enferma, y después por haber podido leer el Diario de Santa Faustina, cuyo mensaje se resume en que la misericordia de Dios es inagotable, al igual que su amor.  Dios nos de la gracia de no dudar nunca de su infinito amor.

viernes, 1 de julio de 2011

El Sagrado Corazón de Jesús en mi vida




Hoy se celebra el día del Sagrado Corazón de Jesús.  El primer viernes después de la celebración de Corpus Christi, solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, 19 días después de Pentecostés. 

Hay en mi casa una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, que me atrae de una manera incomprensible, es ante ésta imagen que me pongo a platicar con Jesús.  Y digo incomprensible, porque realmente siento su presencia,  es la imagen de mi amigo.   Cuando me siento triste, contenta, abatida, cansada, es aquí, ante esta imagen, que puedo contarle mis cosas, platicar como con un amigo.  Y esto después de la muerte de mi madre, pues la imagen está en su cuarto, fue a raíz de ello que venia a este cuarto, ahora solo de mi padre, a recordar a mi madre, y aunque el recuerdo de mi madre esta presente, es su imagen la que me calma.  He llorado tantas veces ante El, y al contemplar su rostro se me olvida todo, mis tristezas, mis miedos, es como si El mismo me hablase, me dijera que todo va a estar bien, que no me preocupe, que sobreviviré.  Es el quien seca mis lágrimas, quien me reconforta.   Y fue ante su imagen donde mis lágrimas se convirtieron en palabras, donde empecé a tener una relación más intima con Jesús, a contarle también mis alegrías.  Eso fue hace unos seis años, entonces no sabía cuando se celebraba la fiesta de su Sagrado Corazón.   Me enteré de la celebración por medio de mi agenda, que traía la fecha.  Recuerdo que ese día,  al darme cuenta de la fecha, quise saber si hacían misa en mi parroquia para celebrar este día tan especial.  Y mi hermana llamó a una amiga que a su vez llamo a la iglesia o no se a quien, realmente no lo recuerdo, y le dijeron que si, si había misa.  Así que mi amiga, mi hermana y yo nos fuimos a misa del Sagrado Corazón de Jesús.  Fue realmente una bendición de Dios.  La Cofradía del Sagrado Corazón de Jesús entró cantado a la iglesia, me parece que con una imagen, no recuerdo bien.  Y asistieron personas que no sabían tampoco que en nuestra parroquia hubiera tal celebración, alguien les aviso ese mismo día.  Recuerdo que durante la misa la luz que entra por los vitrales iluminó la imagen, voltee a verlos y me encontré con un vitral del Espíritu Santo.  Era una tarde de viernes, no se que hora, pero fue una experiencia muy linda poder celebrar su fiesta.  Después de la misa hubo un convivió y me parece que antes de la comida hubo un rosario, no recuerdo muy bien.  No se si hubiera alcanzado resignación sin esta imagen del Sagrado Corazón de Jesús, pero fue por medio de ésta que pude sentir ese amor desbordante de Jesús, que nunca nos abandona.  Un corazón inflamado de amor por nosotros, que sufrió tanto por la humanidad, y que siempre esta ahí para escucharnos, para darnos su amor y acercarnos más a El.  Debo confesar que fue tanta la cercanía que sentía hacia El, que llegué a sentirme culpable de no visitar con igual frecuencia al Santísimo Sacramento,  presente en todos los tabernáculos del mundo, pues ¿cómo me sentiría estando realmente frente a El?