jueves, 21 de febrero de 2013

Regresemos al Padre

Es costumbre hacer un sacrificio durante el tiempo de Cuaresma.  Las personas dejan de hacer, gustar, comer, tomar, comprar, cosas que les gustan mucho y lo ofrecen a Dios.  Nuestro parroco nos ha sugerido que dejemos algo que nos gusta mucho como un sacrificio y que a la par también non alejemos de algún pecado.  También se pueden hacer pequeños sacrificios diferentes a lo largo de este tiempo cuaresmal.  Este año he dejado un tipo de bebida  muy popular entre la gente, y hoy he descubierto algo: existen otras bebidas mucho más saludables, mucho mas ricas y mucho más baratas.  Si, hay vida después del refresco.  Y se me ocurrió que igualmente hay vida después del pecado.  Estamos tan acostumbrados a pecados que parecen ya no serlos que no nos damos cuenta de lo feliz que seriamos si dejaramos de hacerlos, sea cual sea nuestro pecado(s), hay un opuesto mucho mas saludable: la virtud.  Asi,  para luchar contra los pecados capitales, podemos gustar de las virtudes que los vencen.   La lujuria se vence con la castidad, la gula con la templanza., la avaricia con la generosidad, la ira con la paciencia, la envidia con la caridad, la soberbia con la humildad, la pereza con la diligencia.  Y asi practicando las virtudes y haciendo pequeños sascrificios llegaremos a la Pascua con un corazón renovado, saludable.  En la oración tenemos un aliado muy fuerte, pues que no nos dará Dios que nos ama tanto si tan solo se lo pedimos.  Hagamoslo  con la esperanza en Cristo nuestro Señor que ya ha vencido el pecado por nosotros, con la fe que puede ayudarnos a mover montañas y con el amor que nos une a Dios y la humanidad.   Luchemos y volvamos como el hijo prodigo a los brazos del Padre, que no quiere para nosotros otra cosa más que nuestra felicidad y nuestra salvación.