lunes, 23 de junio de 2014

CONFIARE

 

 
 

"Por lo tanto confiaré en El. Sea lo que sea y esté donde esté, nunca puede ser desechado.

Si estoy enfermo, mi enfermedad puede servirle. Si estoy apenado, mi pena puede servirle.

Si estoy perplejo, mi perplejidad puede servirle.

Mi enfermedad, perplejidad o pena pueden ser causas necesarias de algún fin más grande que está más allá de nosotros.

El no hace nada en vano, puede prolongar mi vida, y puede acortarla. El sabe lo que hace, puede llevarse a mis amigos.Puede lanzarme entre extraños. Puede hacerme sentirme desolado. Puede hacer que mi ánimo se hunda. Puede ocultarme el futuro. Pero aun así, El sabe lo que hace"

 

J.H. Newman

martes, 17 de junio de 2014

Jeremias 31:3

 

 

3 De lejos se le apareció el Señor:

 

Yo te amé con un amor eterno,

 

por eso te atraje con fidelidad.

jueves, 5 de junio de 2014

Siempre que te sientas culpable



Siempre que te sientas culpable, porque has cometido deliberadamente un pecado, un pecado grave, algo que has hecho muchas, muchas veces, nunca dejes que el diablo te engañe, ni que te desanime.  Siempre que te sientas culpable, ofrece toda tu culpa a la Inmaculada, sin analizarlo o examinarlo, como algo que le pertenece a ella.

Que cada caída, aunque sea grave y sea pecado habitual, siempre sea para nosotros un pequeño paso hacia un mayor grado de perfección.

De hecho, la única razón por la que la Inmaculada nos permite caer es para curarnos de nuestra vanidad, de nuestro orgullo, para que seamos humildes y así hacernos dóciles a las gracias divinas.

El Diablo en cambio, intenta inyectar en nosotros el desanimo y la depresión interior en estas circunstancias, que de hecho, no es más que nuestro orgullo que sale a la superficie otra vez.


Si supiéramos la profundidad de nuestra pobreza, no nos sorprenderían en absoluto nuestras caídas, sino que más bien sorprendidos, agradeceríamos a Dios después de pecar, por no permitirnos caer más profundamente y con mayor frecuencia.

-  Carta de San Maximiliano Kolbe