miércoles, 10 de mayo de 2017

La Virgen María, Mi Madre Celestial



Hoy se celebra el Día de las Madres en México.  Y es verdad que en la Virgen María todos tenemos una madre celestial.  Yo no sé que me pasa con María, pero al pensar en ella se me vienen las lágrimas.  Será que es sinónimo de amiga, de confidente.  Recuerdo una vez visitó una iglesia cercana la Virgen peregrina de San Juan de los Lagos.  En esa ocasión fui con mi madre.  Lloré tanto, le pide tanto.  Y a través de ella Dios me transmitió su amor y su compasión.  Y cada 12 de Diciembre pasa lo mismo, es un llorar casi inexplicable.  Ahora que ya mi madre terrenal se me fue al cielo, es en María en quien encuentro ese amor maternal, aunque me es difícil contener el llanto cuando le rezo, a menos que sea el rosario.  Recuerdo a unos meses de la partida de mi madre, tuvimos un rosario enfrente de la imagen de la Virgen de Guadalupe, a la hora de marcharnos, se me vinieron las lágrimas, no quería partir de ahí, tenía síntomas de eso que le llaman ansiedad por separación.  Lo que me duele es que al querer rezarle con mis propias palabras casi siempre mi oración se ve interrumpida por el llanto, y como es de humanos no querer sufrir, nunca termino mi oración.  Cuando de recién empezaba a aprender italiano, me dio mucha alegría entender que el Ave María, no es otra cosa que un saludo a la Virgen María, y me conforta rezarla siendo que mis propias palabras se convierten en silencio ante ella.  Recuerdo que de niña ella era el modelo de persona que quería seguir.  No creo haber alcanzado mi objetivo, pero es mi ideal.  De niña antes de dormir siempre rezaba una oración muy conocida que le gustaba mucho a mi mamá, es la siguiente:


Dulce madre, 

no te alejes,

 tu vista de mí no apartes, 

ven conmigo a todas partes 

y nunca solos nos dejes.  

Ya que nos proteges tanto 

como verdadera Madre, 

has que nos bendiga 


el Padre, 

el Hijo 

y el Espíritu Santo.  


Amén.  

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