lunes, 19 de febrero de 2018

40 Días con Jesús - Primer Día



Para reflexionar:


Jesús (a ti):

Prueba y ve que soy Bueno. Con más intimidad me experimentes, lo más convencido que estarás  de Mi Bondad. Soy El Viviente que te ve y anhela participar en tu vida.  Te estoy entrenando para que Me encuentres en cada momento y para que seas una vía de Mi Presencia Amorosa. Algunas veces Mis bendiciones vienen a ti en caminos misteriosos: a través del dolor y problemas.  En estos momentos puedes conocer mi bondad solo a través de tu confianza en Mí.  El entendimiento te fallará, pero la confianza te mantendrá cerca de Mí.

Dame gracias por el regalo de Mi Paz, un regalo de proporciones tan inmensas que no puedes imaginar su profundidad o cobertura. Cuando aparecí a Mis discípulos después de la resurrección, era la Paz la que les comunique primero que nada. Sabía que esto era su más profunda necesidad: calmar sus miedos y aclarar sus mentes. También te hablo a ti de Paz, porque sé tus pensamientos de ansiedad. ¡Escúchame! No le prestes atención a otras voces, para que me escuches más claramente. Te diseñé para que vivas en Paz todo el día, cada día. Acércate a Mí, recibe Mi Paz.



Salmos 34:8 


(9) Prueben, y vean que el Señor es bueno.

¡Feliz el hombre que en él confía!


Colosenses 3:15

15 Y que la paz de Cristo reine en sus corazones, porque con este propósito los llamó Dios a formar un solo cuerpo. Y sean agradecidos.


Génesis 16:13-14

13 Como Agar había hablado con el Señor, le llamó «el Dios que ve», pues se decía: «Dios me ha visto y todavía estoy viva.» 14 También por eso el pozo se llama: «Pozo del que vive y me ve». Este pozo está entre Cadés y Béred.

Juan 20:19

Jesús se aparece a los discípulos

19 Al llegar la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, los discípulos se habían reunido con las puertas cerradas por miedo a las autoridades judías. Jesús entró y, poniéndose en medio de los discípulos, los saludó diciendo:
—¡Paz a ustedes!

Nota: Esta es una traducción del libro en Inglés "40 Days with Jesus", ó traducido "40 Días con Jesús" de autoría de Sara Young. No sé si el libro este traducido al español (ésta traducción es mía), pero es un buen libro para meditar esta cuaresma, aunque el primer día nos habla de su resurrección. No es un libro en si pero lo que llaman en inglés un "booklet".



domingo, 18 de febrero de 2018

Vuelo No. 2018 de Air Cuaresma



Bienvenidos a bordo de Air Cuaresma, vuelo número 2018 con destino at perdón y a la reconciliación con Dios.  El tiempo de vuelo será de 40 días, durante este vuelo, es prohibido criticar, mentir, no rezar… Asegúrese de alejarse de toda situación que pueda desestabilizarlo, para así evitar cualquier zona de turbulencias.  El capitán de este Vuelo es la oración. Abróchense sus cinturones de seguridad y quédense sujetados a Dios.  La tripulación está formada por la corte celestial.  Esperamos que su viaje sea placentero.


Buena Cuaresma 2018


martes, 13 de febrero de 2018

Discurso sobre Matrimonio - Padre Maurizio Botta



"A quien quiere casarse explico que el matrimonio es un Sacramento para discípulos, por lo tanto casarse en la Iglesia significa querer ser discípulos de Cristo, y lo digo claramente: si una persona ya sabe, en el propio corazón, que después de la boda por ejemplo ya no irá a Misa es mejor que no lo haga. Si en cambio una persona dice sí, y desea ser discípulo de Cristo, entonces tiene que saber que el mandamiento es "amense como yo os he amado." Es como si en el Sacramento te fuera confiado el marido o la mujer con este mandamiento: "Amalo como yo lo he amado". A este punto saco el crucifijo y repito el concepto: Cristo os dona el Espíritu para amar así, en cruz, de modo irrevocable e indisoluble, ¿queréis amar así? Sepáis que Dios quiere hasta el final a un pecador y no retrocede nunca así tenéis que también haceros....¿Pues, estáis seguros? ¿Queréis amaros justo así?". Este mismo crucifijo lo saco cuando la pareja viene a decirme que hay la crisis, la dificultad, yo a través del crucifijo los reconduzco a pedir la gracia del matrimonio, los reconduzco a aquella pregunta: ¿pero quieres tú ser un discípulo de Cristo? El punto central siempre es la identidad de Cristo, y yo soy franco: o Cristo es Dios o Cristo es un loco. Si tú crees, y quieres ser su discípulo, cuando estás en fila por la Comunión, refiriéndote a tu novio o a tu novia tienes que decir: "Quiero amarlo como Tú lo amas", por lo tanto significa que crees que éste sea el cuerpo de Cristo y entonces yo todavía pregunto: ¿de veras quieres amarlo así? ¿Hasta hacerte comer? Éste es el corazón del matrimonio."

lunes, 12 de febrero de 2018

Anacrusa - Jesús Inicia Su Vida Pública



"Tras la solemne obertura del Bautismo en el Jordán y el señalamiento como Cordero, propiamente comienza a rodar la vida pública del Señor. Las escenas intensas de su nacimiento e infancia están aún frescas y vibrantes en nuestro interior: ese Niño que corretea con su mejor amigo por las empedradas callejuelas de Nazaret, sorteando a mercaderes y vecinos, en ese juego recurrente de ver quién de ambos llega antes a la fuente de la plaza para mojar al otro, hasta empaparse de risa. O tantas otras escenas…

Pero la infancia pasó. Y tras el interludio de Bautismo y Cordero, el relator lleva el cuadro a negro y demora con audacia el efecto para remarcar los largos años transcurridos, para luego amanecer despacio la escena a orillas del Mar de Galilea.

Estalla la primavera, en una exuberancia casi exagerada. Hay algo incluso, cómo no, de revanchismo en sus aromas y colores, vengando el triste y gélido invierno. Pero hay arrullo en la tórtola y flor en el almendro. Zumbido de abejas y el perfume intenso del tomillo, embriagándolo todo.

Atardece en Galilea y corre una brisa fresca y ligera. Cientos de embarcaciones han retornado al muelle como aves a su nido y se ocupan con denuedo en las faenas finales de la jornada de pesca: gaviotas y garzas revolotean sobre el enmarañado de barcazas y botes y sobre todo danzando en círculos arriba de las redes extendidas sobre el estrecho muelle, con más aires lúdicos que de supervivencia.

Lo mismo cabría decir de los pescadores: todo es risa y jarana, a pesar del cansancio. No hay ni mujeres ni niños: todo el cuadro es de una compacta virilidad: los cantos, los chistes, los gritos punzantes, los esfuerzos vigorosos, los gestos bruscos que amerita la tarea. Pesados canastos colmados de peces fulguran entre los granos de sal, que atravesados por los resplandores de la tarde relucen como perlas y diamantes. Más que pescado en sal parece el botín de guerra usurpado al Leviatán.

Entonces aparece el Señor

Decir que su entrada en escena es perfecta resulta un pleonasmo. Pero, ¿cómo acertar al elogio para describir ese ingreso tan sutil como firme? Algo así como el primer acorde del solista en un concierto para piano y orquesta: ni un ataque al teclado violento, ni una entrada tenue y vaporosa: solemne y simple, debería indicar el pentagrama. Así, el Señor entrando en escena.

Ni Shakespeare ni Claudel habrían sabido diseñar un ingreso del protagonista como, soplado por Dios, lo describe el evangelista.

Jesús está caminando por la orilla del lago. Entra caminando. Como si lo viniera haciendo de hace rato, desde vaya a saber cuándo y dónde. Como de lejos cae la hoja de Rilke. Es el mismo Rostro que hemos conocido en Nazaret: ese mismo Niño de pelo oscuro rozando las puntas del trigal es el que avanza ahora a paso sereno pero firme, sencillo pero hidalgo por la empedrada costanera del Lago. Sus brazos cuelgan a sus lados sin tensión. Pero quien se fija bien, nota que sus dedos se abren apenas como acariciando una era invisible. Como un ciego palpa su braile, el Señor lee el tiempo cumplido, la mies madura, la siega a punto. Camina sin detenerse. Avanza, tal vez sea el verbo más oportuno. Como avanza un pastor hacia los pastos o un guerrero a la batalla.

Antes de una instancia solemne y decisiva hay un momento, un instante previo. En que toda la anterioridad se engolfa como agua en un dique. Inminencia es su nombre. Anacrusa, dirían los músicos.

La vida pública del Señor ya ha sido echada a rodar, sin retorno posible. Pero el Logos eterno hecho ese-hombre-Jesús aún tiene sus labios sellados, su ministerio intacto, sin estrenar. Camina sobre la epidermis del orbe, como un Arquitecto por entre sus planos y maquetas. Sabe muy bien lo irreversible de lo ya lanzado y a punto de comenzar. Son esos pocos metros que lo separan todavía de la barca de Pedro y Andrés, metros que condensan toda la distancia sideral de Dios al Hombre…

Aún ningún hombre había tergiversado una sola palabra del Verbo. Nadie lo había resistido, negado, ni calumniado, ni burlado, ni cuestionado, ni acusado… pero la saeta divina ya había salido de Manos del eterno Arquero y avanzaba hacia el corazón humano…

Cristo avanza, entre barcas y barcarolas, redes y canastos, montañas de sal, jóvenes y ancianos, risas y arengas. Pasa por entre medio, sin zigzagueos, como si lo atravesara todo. La Luz no sabe doblar… Avanza por el caótico escenario casi sin ser visto. Va derecho hacia sus elegidos. Ha rezado la noche entera por ellos: para que dieran su sí. Un sólo error y abortaría el salvataje de la raza humana. No alcanzaba con el sí de María. Miríadas de ángeles balconean sobre la tarde en Tiberíades, expectantes de los imprescindibles cuatro sí incondicionales…Cuando el misterio es muy impresionante, nadie osa desobedecerlo, se esperanzan los seráficos espectadores. Eran ya casi las cuatro, en sombra de la tarde.

Cristo avanza. Avanza hacia Pedro, hacia Andrés, Santiago y Juan. Conoce el corazón de cada uno. Los ve, de modo ubicuo, reinando en doce cetros a su lado; los ve sembrando sangre en sus martirios; los ve anunciar, muy lejos de Galilea, al Mesías resucitado. Los ve en este mismo lago, con las sombras inversas, uno gritando ¡es el Señor!; otro empapado a sus pies confesando su amor… Como los ve en Getsemaní, en el Lavatorio, o mirándolo con cara de desorientados…

Jesús sabe perfectamente lo que está por comenzar, el Rubicón a punto de cruzar, y en ese clima es que avanza hacia la barca de Simón Bar-Jonás, para bajar la batuta y dar comienzo a la música que salvaría al Mundo.

Esos pocos metros, caminando a orillas del lago, eran también el último adiós de sus entrañables años de vida oculta. Y por eso también esa caminata sabe a despedida. El olor a tomillo le recuerda la cocina de su Madre, como la abundante madera de las embarcaciones lo remontan a la carpintería, y a su padre adoptivo explicándole cómo empuñar la garlopa.

Los ángeles siguen allí, arqueados, con el “di que sí” palpitando en sus plegarias… El Señor sabe que no debe detenerse. Las didascalias del divino Dramaturgo son precisas: “llega, mira, dice y sigue, sin detenerse”. La conjugación de mirada, gesto, parlamento y andadura es una obra de encaje.

Y llega el momento

Hay un cambio repentino en el aire: se levanta viento del lago y como un soplo se exhala sobre el divino Rostro. Andrés está ya a la vista. Ignora por completo el acontecimiento inminente que cambiaría no sólo su vida sino la de la Humanidad toda. Pelea afanosamente con unas algas que se han enredado en la red.

Tan volcado está en la tarea que el que parece enredado es él mismo… El viento o vaya a saber qué lo hacen levantar la vista y ver que está siendo visto por el Hombre del muelle. Un extrañísimo silencio lo envuelve repentinamente todo: ni un solo graznido de gaviota, ni el golpeteo del agua contra las barcas, ni un solo sonido del gentío gritón… Estremece la tensión. Y entonces sí, cae la batuta sobre el compás inicial que da comienzo al cristianismo: Tú, Andrés y tú, Simón, vengan y síganme".

Diego de Jesús

tomada de www.catolicidad.com cuya fuente fue la página de facebook de Nube Athónita

domingo, 11 de febrero de 2018

Una Oración de Cuaresma - William Arthur Ward



Abstente de juzgar otros; deleitate en Cristo morando en ellos.

Abstente de énfasis sobre diferencias; deleitate en la unidad de toda vida.

Abstente de aparente oscuridad; deleitate en la realidad de la luz.

Abstente de las palabras que contaminan; deleitate  en las frases que purifican.

Abstente de descontento; deleitate en gratitud.

Abstente de cólera; deleitate en paciencia.

Abstente de pesimismo; deleitate en optimismo.

Abstente de preocupación; deleitate en confianza.

Abstente de quejas; deleitate en apreciación.

Abstente de negativos; deleitate en  afirmación.

Abstente de presiones implacables; deleitate en rezo incesante.

Abstente de hostilidad; deleitate en la no violencia.

Abstente de amargura; deleitate en el perdón.

Abstente de autopreocupación; deleitate  en compasión por otros.

Abstente de ansiedad personal; deleitate en verdad eterna.

Abstente de desaliento; deleitate en esperanza.

Abstente de los hechos que deprimen; deleitate en verdades que elevan.


Abstente de letargo; deleitate en entusiasmo.


Abstente de sospecha; deleitate en verdad.


Abstente de los pensamientos que debilitan; deleitate  en las promesas que inspiran.


Abstente de chisme; deleitate en silencio útil.


Dios apacible, durante esta estación de ayuno y abstinencia, regalanos Tu presencia para que podamos ser un regalo a otros realizando Tu labor.


Amén.







miércoles, 7 de febrero de 2018

¿Qué pasa cuando muere un hombre justo?

El viernes pasado falleció el papá de una amiga.  Y si, era un hombre justo, sabio a los ojos de Dios.  Este señor a los 14 años ya era adorador nocturno, osea que adoraba al Santisimo Sacramento (la ostia consagrada) una vez al mes toda la noche.  Y era tanto su amor por Dios y por sus hermanos, que al llegar a Estados Unidos
estableció un capitulo de adoradores nocturnos en la parroquia.  Y no contento con eso, a lo largo de su vida, estableció otros tres capitulos, trayendo honor y gloria al Señor nuestro Dios.  Además era miembro original de la Sociedad de Guadalupe de la parroquia.  Este señor dirigía el rosario para sus conocidos y no conocidos en acostadas y levantadas del Niño Dios y  en novenarios. Su vida entera la dedicó al servicio de Dios.  ¿Y qué pasa cuando muere un hombre justo?  Seguramente hay fiesta en el cielo, como lo dijo su hija, mi amiga, porque va a reunirse con su creador y a adorarlo como lo hizo aqui en la Tierra.  En su velorio, hubo dos rosarios.  Y una hora de oración por parte de la adoración nocturna de las iglesias en las que la fundó la adoración nocturna antes de la misa.  Y pues mucha gente vino a decirle el último adiós, tanto que casi parecía domingo.  Como es costumbre, después del entierro hubo un convivio en el salón parroquial de la iglesia y todo a cargo de la adoración nocturna.  Descanse en paz y seguramente Dios brille su rostro ante él y le de la paz.  Y si, el padre resumió la vida de A. R.  con la cita biblica que yo hace apenas unos dias deseaba recordar en mi día final, si, él se mantuvo fiel:


2 Timoteo 4:7 

He peleado la buena batalla, he llegado al término de la carrera, me he mantenido fiel.