viernes, 31 de diciembre de 2021

2022 y Salmo 138


Tú me hiciste, mi Dios,

Tú me has creado

¿Cuantas veces en la noche oscura

Te supliqué: No desprecies

La obra de tus manos?

Tú me has creado Señor.

Nos has creado a todos.

Y somos tu creación e hijos tuyos.

No desprecies la obra de tus manos.

Danos un Año Nuevo cargado de esperanza.

Aleja la injusticia, la maldad, el rechazo

A tus hijos pequeños.

Danos un cielo azul por la mañana,

Una tarde de color durazno,

Y una noche estrellada.

Llena nuestros pulmones de aire puro,

Los labios de sonrisas,

Nuestra mente de sueños,

Nuestros sueños de metas,

Y haz que lleguemos,

Como hoy empezamos,

Con alegría, ilusión

Y el corazón latiendo de emoción

Porque nos amas.

No desprecies la obra de tus manos,

Aleja la pandemia, dile que ya se vaya.

Y que al abrir los ojos cada día

Te demos gracias porque

Nos has creado,

Has querido vivamos este día.

Ayer es ya pasado,

Que el hoy se convierta en un bello recuerdo

Y el mañana llegué a cuantos tu desees

Y a los que no, que puedan ver tu rostro.

No desprecies la obra de tus manos,

Danos un Féliz Año que comienza

Y sea Jesús esa paz que no parte.

Y este contenta, triste o preocupada,

Mi amigo fiel: Jesús, traiga paz a mi alma.

Y el 2022 sea un año de esperanza.


SALMO 138

De David.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,

te cantaré en presencia de los ángeles.

2 Me postraré ante tu santo Templo,

y daré gracias a tu Nombre

por tu amor y tu fidelidad,

porque tu promesa ha superado tu renombre.

3 Me respondiste cada vez que te invoqué

y aumentaste la fuerza de mi alma.

4 Que los reyes de la tierra te bendigan

al oír las palabras de tu boca,

5 y canten los designios del Señor,

porque la gloria del Señor es grande.

6 El Señor está en las alturas,

pero se fija en el humilde

y reconoce al orgulloso desde lejos,

7 Si camino entre peligros, me conservas la vida,

extiendes tu mano contra el furor de mi enemigo,

y tu derecha me salva.

8 El Señor lo hará todo por mí.

Señor, tu amor es eterno,

¡no abandones la obra de tus manos!

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