¡Féliz Navidad!
Apenas me di cuenta el año pasado y nos lo recordó ayer el Papa que Jesús fue recostado en un pesebre. ¿Y qué es un pesebre? Es el recipiente de donde comen los animales. Causa asombro así de repente. Dios quizo hacerse niño y dormir en un pesebre o como dice el traductor en un comedero. Nos dice el Papa que quería mostrarse cercano. Pues es accessible para todos desde el más humilde pastor hasta el Rey más rico. Y si vemos que duerme donde va la comida para los animales nos dice también que Él es el pan vivo que ha bajado del Cielo. Vino a salvarnos y a alimentarnos con su propio cuerpo y sangre. El mensaje del pesebre es entonces mensaje de esperanza y de cercanía, no se puede temer a un Dios que quizo asemejarse a nosotros y padecer por nosotros hasta la pobreza. Dios nació en la pobreza, creció pobre y murió pobre. Nos alentaba ayer el Papa a ser concretos, es decir a ir más allá de las palabras, a transformar nuestro amor por Jesús en hechos, a regalarle nuestra caridad hacia los pobres. Y aún más allá verlo en los pobres, pero también en cada ser humano que encontramos en nuestra vidas, salgamos a su encuentro ahí esta Jesús. Si hacemos así será más fácil seguir su mandato: amense los unos a los otros como yo lo he amado. Y su amor comenzó en un pesebre y terminó en una cruz.
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