viernes, 16 de diciembre de 2022

Por último viene la muerte - Fabula de la Noche Santa

 



La muerte no quería creer en sus propios oídos cuando se le informó que su dominio universal estaba a punto de terminar. 

A pesar de que se reconocía como la más indestructible de todas las criaturas, le habría gustado un poco de parte del Arcángel mensajero. No era la última de las siervas de Dios, más aún. Su papel en los planes del Creador era fundamental.

«Y seguirá siéndolo», le había garantizado el mensajero celestial, «por todas las criaturas vivientes, excepto por el hombre».

«¿Por qué?», le había preguntado la Muerte, «se hará inmortal?».

«No hagas demasiadas preguntas... tú no entenderías».

Fue en este punto que la muerte se ofendió gravemente. ¡Que además de hacer un trabajo infame, se la juzgara imbécil, no podía tolerarlo! 

No le importaba ser un perdedor, su trabajo le resultaba ingrato, pero ¿cómo iba a pasar la metamorfosis?

Le bastó una mirada circular sobre la superficie de la Tierra para localizar el punto. Quizás nadie, delante de la cueva de Belén, experimentó mayor asombro que la Muerte. Sin embargo, ahora que lo tenía delante, el proyecto le parecía claro y de una increíble sencillez: aquel trozo de carne, por el solo hecho de ser vida, era ya su presa. La Muerte deseaba entonces que el Creador hubiera elegido otro camino para no ser cuestionada. 

Pero fue entonces cuando, del sueño profundo en que estaba inmerso, el Niño le sonrió. 

Y la Muerte se sintió vencida y comprendió cómo sería vencida: por un amor tan intenso que precisamente a través de ella pasaría, para demostrar al universo su poder y su inmensidad.


- Piero Gribaudi - 
Da: Fiabe della Notte Santa, Effatà Casa editri


Traducido con www.reverso.net


No hay comentarios.:

Publicar un comentario