Me siento cobarde y recuerdo que Dios no nos dió un espiritu de cobardía sino de fortaleza, de amor y de sobriedad. El motivo fue una discusión que leí en las redes sociales donde un católico y un protestante discutían sobre "la interpretación literal de la biblia". Ya entrada la discusión, el protestante escribió que Jesús habia dicho "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" y que no por eso se habia convertido en camino. Debo confesar que me dió risa. Y pensé en contestarle. En realidad me gustan las discusiones, pero no me sentí preparada para seguir discutiendo y el católico habia presentado muy bien su argumento. Bien, camino a misa el día siguiente le conté a mi hermana que me sentía mal de no haber respondido lo que pensaba en ese momento. Hubiera contestado que Jesús si se habia convertido en mi camino y que tristeza que tal vez para él no fuera así. Mi hermana y yo reimos. Pero tal vez hice bien en no contestar, acabo de leer en la biblia que debemos evitar las discusiones inútiles.
Bueno, la discusión tal vez no era tan inútil. La discusión se centraba en la real presencia de Jesucristo en la Ostia Consagrada. Y para que creamos se necesita fe. Y ya dijo Jesús que solamente vienen a El, quienes su Padre llama. Me dio mucha alegría escuchar el Evangelio de éste domingo por esa razón, pues trataba precisamente de que Jesús es el pan de vida.
Podría haber citado muchas frases de la biblia, pero esta persona tal vez seguiría sin creer. Se necesita fe, instrucción y creer que para Dios nada es imposible. Espero no pecar de orgullo por testimonear que creo que el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de nuestro Señor Jesucristo se encuentran presentes en la Ostia Consagrada. Y me perdone Dios por haber desaprovechado en una segunda ocasión el defender mi fe católica, por no defender lo que para otros es "la locura de Cristo".
Si, Dios mio y Señor mio, yo creo que te escondes en ese pequeño pan, si no, por qué te ansia mi corazón, desaparecen mis angustias y mi alma se recupera de las peleas de la vida, por qué me lleno de paz, ¿por qué me siento invencible, por qué me siento amada cada vez que estoy en comunión contigo? Es porque entras a mi corazón y lo llenas de Ti: mi Camino, mi Verdad y mi Vida.
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