martes, 9 de julio de 2024

Huracán Beryl

 Es cerca de la medianoche.  Y después de tanta agitación por el huracán Beryl que pasó por nuestra area, pues no puedo dormir.  Es extraño, pero no estabamos preparados, las advertencias no fueron suficientes.  El sábado y el domingo fuimos a la tienda y apenas si compramos algunos articulos no perecederos y agua.  La gente se veía tranquila.  El domingo rezé mi rosario y me sentí aún más tranquila.  Mi hermana vino a dormir conmigo pues mi cuarto es el más seguro.  Aproximadamente a las 3:30 de la madrugada me despertaron los vientos. Mi hermana seguía las noticias por internet mientras yo intentaba dormir.  El viento sonaba fuerte y escuchamos varios ruidos sobre el techo.  La electricidad hiba y venía hasta que no volvió más.  A la mañana siguiente nos dimos cuenta que corrimos con suerte.  El enorme árbol del vecino se había caído, con más de un metro de diametro.  Gracias a Dios cayó hacia la calle y no hizo mucho daño.  Estuvimos sin electricidad por 2 días, apenas hoy en la noche regresó.  Gracias a Dios.  También rezé un rosario con mi hermana en la mañana para que regresará la luz.  Mi hermana me demostró que tiene más fe que yo.  Yo solo pedí que regresara la luz.  Ella le pusó fecha: "que regresé hoy".   Y ahora con aire acondicionado, después de una ducha fresca y ya en mi cama, no puedo dormir.  No puedo dejar de pensar en las 2 millones de personas que aún siguen sin electricidad en el área de Houston.  Mañana será un día caluroso.  Ya pedí a Dios por todos ellos, sobretodo por las personas de edad avanzada.  Mañana también regresó a trabajar.  Dios se apiade de todos, así como se apiadó de ésta indigna sierva suya.

Les dejó un canto que me enseñó mi mamá y que se me vino a la mente:


Jesús dulcisimo la noche llega,

Más yo no quiero decirte adios,

Muy buenas noches, muy buenas noches,

Hasta mañana mi buen Jesús.


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