domingo, 10 de diciembre de 2023

Segundo Domingo de Adviento

 

Hoy fue el Segundo Domingo de Adviento.  El sacerdote nos dió una homilía sobre el arrepentimiento.  Que según nos dijo no es solo un sentimiento de culpa o miedo a un castigo mayor.  Dijo que sin embargo así comienza el arrepentimiento, pero que siempre debe ser el darnos cuenta que hemos ofendido a Dios, quien nos ama a pesar de todo.  Nos dijo que no hay ningún pecado más grande que la misericordia de Dios.  Y dijo algo que me impresionó.  Dijo que Dios nos ama aún aunque no nos sintamos dignos de Su Amor.  Yo soy humana, como todos también he pecado.  Y muchas veces me gustaría morir para así ya no pecar más.  Se lo comenté a un sacerdote durante una confesión y me dijo que yo no confiaba en la misericordia de Dios.  Tal vez muy en el fondo así me siento, pero lo dudo.  Me confieso por lo menos una vez al mes y estoy segura que mis pecados han sido perdonados.  Siempre salgo del confesionario muy contenta y llena de esperanza.  Sin embargo, mi vida me inquieta.  Es decir, que como la mayoría de nosotros, batalló con el pecado, es una lucha constante.  Y el Padre nos dijo hoy que la confesión puede ser el inicio de nuestra conversión.  Y la conversión debe de ser un cambio de mente, un reinicio.  Yo sinceramente creo que es un luchar día a día de todo lo que nos separa de Dios.  Un demostrar nuestro amor hacia El procurando de no ofenderlo.  Como dice San Pablo, aún no lo he alcanzado.  Se que pecar está mal, y si en verdad amo a mi Dios debo procurar no lastimar a quien me ama incondicionalmte, a Dios.  Si, tengo que cambiar mi mente.  He pensado en invocar a Jesús cuando llegué una tentación.  Sea del tipo que ésta sea.  Se que Jesús en su infinito amor vendrá en mi auxilio.  Yo sola nada puedo y me parece que he confiado en mis propias fuerzas por demasiado tiempo.  Tal vez necesito un retiro espiritual, no lo sé.  Pero si quiero cambiar, siempre hay espacio para mejorar, y siempre hay esperanza.  Si Jesús, en Ti confio.

Nota:  Disculpen si este post es demasiado personal, solo pienso que si alguien se sienta como yo tal vez pueda ayudarle.  Lo que más me impresionó de lo que dijo el Padre es que nada puede cambiar el amor que Dios siente por nosotros.  El nos ama siempre.

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