Anoche proclamé en la misa de medianoche de Navidad. El sacerdote nos dijo que Dios Padre en su infinito amor quizo hacernos un regalo y nos dió a su único Hijo. Pero como todo regalo debemos aceptarlo, este regalo en particular debemos aceptarlo en nuestro corazón. A mi me dió una gran alegría poder recibirlo en gracia. Y pensé que es el momento de entregarle de verdad mi corazón, dejar átras malas costumbres, pecados y demás. Quiero sentir ésta alegría cada vez que reciba a mi Salvador. Y no por mérito propio pero por la gracia de nuestro Señor Jesucristo que me impulsa hacia adelante a vivir una vida en Cristo Jesús nuestro Señor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario