Mi última confesión

 Este sabado me fui a confesar.  Se que casi me prometí a mi misma no escribir sobre mi.  Sin embargo, me parece razonable que escriba sobre mi experiencia.  Por primera vez en mucho tiempo, mis pecados eran veniales.  Se que no debería decirlo, pero no lo digo por vanagloria, sino por si a alguien le puede servir de algo.  Sinceramente, nunca pensé que dejaría ciertos pecados atrás, pero esta confesión me da la esperanza de que así será.  Pues ya dice la biblia en una de mis citas favoritas: " Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" - Filipenses 4:13.  Asi que si estas cargando con una culpa que piensas nunca dejará de ser pecado, no desesperes, que Dios con su gracia salvificante, logrará que algún día puedas decirle adiós.  Y la verdad no se porque escribo sobre esto, solo quería escribir sobre otra cosa.  Acudí a la confesión para confesar mis pecados, si, pero también para pedirle un consejo al sacerdote, que con sus sabias palabras hizo que me sintiera más en calma.  Y es que en verdad creo que Jesús, fuente de toda gracia, nos habla a través del sacerdote.  Pensé en mi actitud de ser humano imperfecto que mi penitencia sería grande, no sé en realidad que es lo que esperaba escuchar del Padre, tal vez que me regañara.  Sin embargo se limito a aconsejarme y hacerme ver en que había fallado.  Así que no tengan miedo de confesarse, aunque es humano sentir miedo, y tal vez se debe a que no hemos llegado a conocer el amor infinito de Dios hacia nosotros, aunque ya lo dijo en Isaias " Te he amado con un amor eterno."  No tengan miedo, acerquense con confianza al confesionario y les prometo que saldrán de ahí con más ganas de seguir hacia adelante y hacia nuestra meta que es Jesucristo mismo.