domingo, 25 de agosto de 2019

La Puerta Angosta


Hoy durante la homilía recordé algo que me pasó mientras trataba de ayudar una amiga a desenredar sus collares que estaban enredados entre si.  Lo recordé mientras el diacono decía que debemos entrar por la puerta angosta, es decir salvarnos.  Recordé que en esa ocasión estaba un poco frustrada pues los collares eran muy delgaditos y creía imposible la tarea.  En eso estaba cuando se me vino a la mente que es más fácil que entre un camello por una aguja a que un rico entre en el reino de los cielos.  Asi que pensé igual de dificil es que desate estos collares, sin embargo lo pusé en manos de Dios y para mi sorpresa pudé desenredar todos los collares.  Y recordé entonces que para Dios nada es imposible, inclusive que un camello cruzé por el orificio de una aguja y por consecuencia los ricos también van al cielo.  Me dio una gran alegría. Dios no excluye a nadie, solo que hay que poner de nuestra parte.  De vuelta a la homilîa, el diacono explicó que esa puerta angosta es Jesús.  Y nos recordó que Jesús dijo que El es el Camino, la Verdad y la Vida.  Y pensé que Jesús murió en la cruz por mi, por ti, por todos.  Asi que para entrar por la puerta angosta debemos empezar por amar nuestra cruz, asi como Jesús hizo.  Ya en mi casa pensé que si Jesús es el camino, es para seguirlo a El, si Jesús es la verdad, esa verdad debe ser nuestra también, y quiza más importante si Jesús es la vida, debemos vivir la vida como El, imitarlo en nuestra propia vida.  Como diría San Francisco de Asis: ser evangelios vivientes, que nuestra vida sea el evangelio.  Seguramente asi, entraremos por la puerta angosta al reino de los cielos, entraremos de la mano de Jesús.


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