El Señor pasó delante de él y exclamó: «El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarse, y pródigo en amor y fidelidad.
Nota: El domingo
pasado me tocó proclamar la primera lectura.
Dentro de ella Dios mismo proclama, en resumen, que es amor. En la traducción que yo leí dice que es
compasivo y clemente, o sea que se compadece de nosotros los pecadores;
paciente, porque espera a que nos arrepintamos para otorgarnos el perdón y además
hace lo posible porque así sea; misericordioso, que nos ama tanto como para
dejarnos blancos como la nieve, libre de la mancha del pecado, y fiel, si, Dios
permanece fiel a sus promesas y una de ellas es que quien crea en su Hijo
Jesucristo, tendrá la vida eterna.
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