Saltaste en el vientre de alegría
Al sentir a Jesús a ti cercano
En el vientre inmaculado de María
A quien con humildad es recibida.
San Juan Bautista pues tú bautizabas
Y anunciabas que pronto ya vendría
A bautizar no con agua decías:
El Espíritu Santo bajaría.
Y Jesús te pidió lo bautizaras,
Te negabas, indigno te sentías
Pero Jesús te dijo que era justo
Y cumplida quedo la profecía.
El Espíritu Santo fue paloma
Que confirmó era por quien venías
Y oíste una voz que desde el cielo
Confirmo aquello que tú ya sabías.
El Cordero de Dios, así lo llamas
A quien le preparabas el camino
Ya bautizado empezó su camino:
Al proclamar de Dios la buena nueva.
Fue tu celo de Dios por quien viviste
No te importo el peligro que vivías
Y moriste, por denunciar aquello
Que los ojos de Dios no consentían.
Y así entregaste por El la vida
Y en bandeja de plata tu cabeza
Anunciaba que el último profeta
Por amor a su fe sufrió martirio.
De esa fe que por Dios acepta todo,
Del valor de entregar por Dios la vida,
De humildad, de respeto y de proeza que
Pide arrepentimiento y a Dios entrega.
Dios nos confirme en su fe y aceptemos
A Jesús, Hombre y Dios en nuestra vida,
Y no vacilemos al decirle al mundo
Jesús es vida por amor vivida.
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