jueves, 1 de septiembre de 2011

A mi mami

Un dia soñe a mi madre
Su rostro reluciente como sol
Sus ropas blancas, su rostro sonriente
Irradiaba yo creo que de amor.
Junto a ella mi confesor
Ya fallecido, igual que ella
Llego hasta mí
Con su habitual ropaje.
Y me pidió perdón
Mi santa madre.
Yo respondí, “¿de qué?
No tengo nada de que perdonarte
Tal vez solo por no callar mi llanto,
Tal vez por no decirme:
Ya deja de llorar, niña llorona.”
Y al despertar convencida quedé,
Que si su rostro resplandecía
Era por que en el cielo ya vivía
Ataviada de blanco y luz, con Dios.

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