El domingo asistí a una misa por el descanso del alma de mi abuelito. No fue en mi actual parroquia, sino en otra iglesia. En ésta iglesia realizan la misa tridentina ó tradicional, a la que yo asistí fue en español, no en latín. Fue muy emotivo ver la Ostia Consagrada sobre el Padre a la hora de la Eucaristía, no sabía como lo hiba a hacer, pues es mi primer misa tradicional. Pero fue aún más emotivo ir a comulgar. Me formé en la fila y al llegar al altar, me inqué en el reclinatorio que está alrededor del altar. Fue muy rápido, pero cuando regresé a mi banca estaba llorando. Pues acababa de recibir a Jesús Sacramentado y es tan solo la segunda vez en mi vida que me incó ante El antes de recibirlo en la comunión. Me emocioné mucho.
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