martes, 23 de junio de 2020

Palabras

Si hay algo que me espanta es la soberbia.  Una de tantas razones es que es el pecado que más "aprecia" el maligno.  Hace poco leí que se puede pecar de soberbia por no poner atención a nuestras palabras, específicamente decía que se peca de soberbia cuando se habla sin discernimiento.  Es decir, cuando hablamos por hablar.  Esto me trae a la mente a un sacerdote mexicano que basa sus enseñanzas y sus discusiones con pastores protestantes, basado en la Biblia.  Es decir, que habla con discernimiento.  Al escucharlo, muchos se ven obligados a darle la razón y por consecuencia, muchos se han convertido, a excepción de quienes optan por no seguir con la discusión.  No he tenido la suerte de escucharlo, pero conozco personas que lo siguen en su página de youtube y me han dicho "el dice todo basado en la Biblia, y hay inclusive católicos que escriben, pero no se basan en la Biblia, personas que predican sin saber realmente."   La persona que me lo dijo no sabe que tengo un blog católico.   Bien, no quiero pecar de soberbia, y tampoco de falsa humildad, pero recuerdo que precisamente en la Biblia, leí hace algunos años que debemos poner atención a lo que decimos pues seremos juzgados por cada palabra que salga de nuestra boca.  Y esto me preocupa, pues lo que escribo generalmente son anécdotas de mi vida espiritual y pensamientos propios.  Aunque también publico oraciones, pasajes de la Biblia, escritos de santos, cantos catolicos, homilias, etc.  Y es por eso que no he escrito últimamente, tengo miedo de que mis palabras no agraden a Dios.  Tal vez, en realidad peco de escrúpulos, tal vez lo que Dios desea es que sean más congruentes mis palabras y mis actos.  Tal vez, mi alma necesita descansar, aunque siempre tenga presente a mi Dios Trino.

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