lunes, 6 de octubre de 2025

Velar

 Es necesario estudiar de cerca la palabra "velar"; hay que estudiarla porque su significado no es tan evidente como se podría creer a primera vista y porque la Escritura la emplea con insistencia. Debemos no solo creer, sino velar; no solo amar, sino velar; no solo obedecer, sino velar.

Velar ¿por qué? Para este gran acontecimiento: la venida de Cristo.


Entonces, ¿qué es velar? Creo que se puede explicar así. ¿Sabéis lo que significa esperar a un amigo, esperar a que llegue y verlo llegar tarde? Sabes lo que es estar en compañía de gente que encuentras desagradable y desear que el tiempo pase y llegue la hora en que puedas recuperar tu libertad? Sabes lo que significa estar en ansiedad por algo que podría suceder y no sucede; o estar esperando algún evento importante que te haga latir el corazón cuando te lo recuerdan y en el que piensas desde el momento en que abres los ojos?

Sabes lo que significa tener un amigo lejos, esperar sus noticias y preguntarte día tras día qué está haciendo en ese momento y si está bien?

Sabes lo que es vivir para alguien que está tan cerca de ti que tus ojos siguen los suyos, que lees en su alma, que ves todos los cambios de su fisonomía, que prevees sus deseos, que sonríes con su sonrisa y te entristece su tristeza, Que te desanimas cuando él está preocupado y te alegras de sus éxitos?

Velar en espera de Cristo es un sentimiento de semejanza a esto, por cuanto los sentimientos de este mundo son capaces de representar los del otro mundo.

Vela con Cristo quien no pierde de vista el pasado mientras está mirando al futuro, y completando lo que su Salvador le ha comprado, no olvida lo que él sufrió por él.

Vela con Cristo quien hace memoria y renueva aún en su persona la cruz y la agonía de Cristo, y viste con alegría este manto de aflicción que el Cristo trajo aquí abajo y dejó detrás de sí cuando subió al cielo. 

- Beato John Henry Newman

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