martes, 17 de junio de 2025

Llanto

 Anoche lloré, recordé cuanto he ofendido a mi Señor a lo largo de mi vida.  Por si no lo saben, yo no soy santa, a pesar de que la gente que me conosce me tiene en buena estima.  La verdad es que estoy muy lejos de ser una santa, soy más que todo humana e imperfecta.  En algún sitio de mi diario escribí un día que si debo ser ejemplo de algo es de cuan misericordioso ha sido Dios para conmigo.  Ayer llorando, le volví a pedir perdón a Dios y le dí las gracias porque se que a pesar de todo Él me ama, y me ama con un amor eterno, como si solo existiera yo para Él. Por eso me acerco con confianza al sacramento de la reconciliación, porque no importa las veces que caiga, Jesús siempre me estará esperando para perdonarme y lavarme de mis culpas.  Pues Jesús ya pagó el precio por mis pecados, y fue con su sangre en la cruz.  Bendito y alabado sea Dios cuya misericordia es eterna.  A ti también te ama, nadie está tan perdido para no ser encontrado por su amor y su misericordia, acercate a Jesús, pidele perdón en la confesión y siente ese amor que perdona todo y que te acompaña por siempre.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario