Día de los Muertos

 

Como todos los años hemos asistido a la casa de mi tía para celebrar el Día de los muertos.  Como cada año desde la muerte de mi madre, mi tía hace un altar de muertos con las fotos de amigos y familiares fallecidos.  Este año agregó la foto de mi abuelito.   El altar tenía fruta y veladoras y calaveras.  El cuarto donde se encontraba estaba adornado con papel picado con representaciones de la muerte en diferentes colores.  Mi familia extendida que  es numerosa rezó el rosario dirigidos por la esposa de mi tío, la cual también cumple años ese día.  Le cantamos el Happy Birthday y así también celebramos la vida.  Ya el sábado, osea ayer, mi hermana y yo fuimos a visitar a mis padres al cementerio.  Esta vez llevamos flores frescas como se acostumbra en México.  Recuerdo que siempre hibamos con mi mamá a comprar flores para mis abuelitos paternos y la calle estaba llena de aromas de flores de toda clase.  Afuera del panteón también vendían calaveritas de azúcar con un nombre en la frente.  Bueno, ya aquí repartimos las flores entre las dos tumbas, a falta de cempazuchitl compramos margaritas amarillas y rosas de diferentes colores.  Fue una tarde apacible.  Yo tenía calor, pero una nube gris tapó el sol y se sentía el viento fresco.  Rezamos.  Vimos una ardilla que se robó la manzana que alguién dejó en una tumba.  Por alguna razón nos sobrevolaban zanates y zopilotes.  En el centro del panteón sepultaban a alguien.  Partimos del cementerio un poco tristes, como yo no manejo cerré mis ojos. Y llegamos a casa.  Y así transcurrió la celebración del día de muertos.  Ya en casa, vimos por televisión un poco del desfile del Día de Muertos desde la ciudad de México.  Solo por un rato porque se fue la señal.  Y así terminamos la celebración del Día de Muertos.