martes, 17 de octubre de 2023

Un Banquete

 Este domingo pasado pudé leer la primera lectura de la misa, debido a que el lector en turno no pudo asistir a la misa.  Mi lectura trataba de un festín que Dios dará a su pueblo en su monte.  A mi parecer es una visión prófetica de lo que nos espera en el cielo.  El evangelio trataba de una parabola que compara el reino de Dios con una boda a la que los invitados no fueron, pues se ocuparon en sus cosas.  El rey que ofrecía la fiesta, mandó a sus empleados que fueran a todas las esquinas del reino a invitar a los marginados, por así decirlo, a su fiesta de bodas.  Al final, se llenó la fiesta, pero había un invitado que no tenía puesto el traje de fiesta y lo hecharon fuera a la oscuridad: "...Y ahi será la desesperación y el rechinar de dientes", algo así.  Lo que entendí de la homilía que dió el diacono es que Jesús llamó a los gentiles, a los no judíos, pero como dió entender el diacono a los pecadores.  Y nos dijo que es a ellos a los que debemos ir a evangelizar.  Yo siempre había entendido que invitó a su fiesta a los pobres, pero el diacono me dió a entender otra perspectiva.  Jesus nos llama a todos, ricos y pobres, justos y pecadores.  Y el banquete al que nos invita es su cena Eucaristica, mientras esperamos las bodas del Cordero ya en en cielo.  Es Jesús quien viene a esposarse con su iglesia, a salvarla, y todos, sin excluir a nadie estamos invitados.  El traje de fiesta es la gracia de Dios, que El ofrece sin distinción.  Por esto entendemos, estar absueltos de nuestros pecados, ya que la gracia total solo Jesús y por obra de Dios, María.  Ojala y todos nos acerquemos al banquete al que Dios nos invita y al mismo tiempo acerquemos a otros a este banquete, en el que nos reuniremos todos ya en el cielo.

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