Hay una higuera en el jardín de mi casa. Cuando mi papá estaba vivo, el subía a una escalera y recogía los frutos de la higuera para nosotros. Me parece que el año pasado no dió frutos. Pero esta año si. Los frutos son pequeños y estan empezando a madurar, a la higuera le han crecido unas ramas del tronco en la parte inferior y han producido fruto. Así que cada tarde al regresar del trabajo recojo los frutos que estan a mi alcance. El segundo día mi hermano me vió y me dice, "espera". Y hizo que las ramas bajaran aún más con sus manos, así que pude alcanzar los frutos más altos. Y pensaba que así es Dios, cuando ve que no podemos por nosotros mismos, manda en ayuda al Espíritu Santo para que podamos alcanzar las gracias que necesitamos para no caer. Me recordó también a Zaqueo quien subió al árbol para poder ver a Jesús y Jesús le pidió que bajara del árbol. Jesús acerco Zaqueo a si mismo. Bendito sea Dios por colmarnos de bendiciones, tan pequeñas o tan grandes como los frutos de la higuera.
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