Este domingo escuchamos en el Evangelio los mandamientos más importantes: amar a Dios con toda tu mente, con toda tu alma y con todas tus fuerzas, con todo tu corazón y también, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Y el segundo se complementa del primero, porque si amas a Dios, amarás también a tu prójimo. En lo personal hay veces, muy contadas, en que no me simpatiza alguna persona. Puede ser alguna persona en las noticias o gente que apenas conozco. Entonces me pongo a pensar que Dios también los ama, y si Dios que es perfecto fue capaz de entregar a su Hijo Jesús por esa persona, entonces, quién soy, pecadora, para rechazarla. Alguna vez escribí en este blog que Jesús se nos esconde en esos que no queremos como amigos pues quiere que lo amemos en ellos. Porque, ¿si amamos solo a nuestros amigos, que hacemos de extraordinario? Y esto dicho por Jesús mismo. Porque el único que está libre de pecado es Él, y Él no va tirar la piedra. El te tomará de la mano y dirá: anda, ve y no peques más.
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