Mañana celebramos el Domingo de la Divina Misericordia. Dice Jesús a Santa Faustina, que esta fiesta nació de las entrañas de su misericordia. Es decir, Jesús ama tanto a los pecadores, que nos deja este Domingo como indulgencia: confesarnos, comulgar y rezar la Coronilla de la Divina Misericordia. Escuchaba a Eduardo Verastegui decir, que a pesar de las circunstancias por la cuarentena, aún podemos hacer acto de contricción y comunión espiritual, y rezar la coronilla en nuestros hogares a las 3 de la tarde. Extrañare sin embargo cantarla en mi parroquia, como lo hacia desde que se empezó a celebrar ahí, bilingüe. Es buena oportunidad para decir con absoluta confianza y convicción: Jesús en Ti confio. Jezu Ufam Tobie.
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