martes, 13 de febrero de 2018

Discurso sobre Matrimonio - Padre Maurizio Botta



"A quien quiere casarse explico que el matrimonio es un Sacramento para discípulos, por lo tanto casarse en la Iglesia significa querer ser discípulos de Cristo, y lo digo claramente: si una persona ya sabe, en el propio corazón, que después de la boda por ejemplo ya no irá a Misa es mejor que no lo haga. Si en cambio una persona dice sí, y desea ser discípulo de Cristo, entonces tiene que saber que el mandamiento es "amense como yo os he amado." Es como si en el Sacramento te fuera confiado el marido o la mujer con este mandamiento: "Amalo como yo lo he amado". A este punto saco el crucifijo y repito el concepto: Cristo os dona el Espíritu para amar así, en cruz, de modo irrevocable e indisoluble, ¿queréis amar así? Sepáis que Dios quiere hasta el final a un pecador y no retrocede nunca así tenéis que también haceros....¿Pues, estáis seguros? ¿Queréis amaros justo así?". Este mismo crucifijo lo saco cuando la pareja viene a decirme que hay la crisis, la dificultad, yo a través del crucifijo los reconduzco a pedir la gracia del matrimonio, los reconduzco a aquella pregunta: ¿pero quieres tú ser un discípulo de Cristo? El punto central siempre es la identidad de Cristo, y yo soy franco: o Cristo es Dios o Cristo es un loco. Si tú crees, y quieres ser su discípulo, cuando estás en fila por la Comunión, refiriéndote a tu novio o a tu novia tienes que decir: "Quiero amarlo como Tú lo amas", por lo tanto significa que crees que éste sea el cuerpo de Cristo y entonces yo todavía pregunto: ¿de veras quieres amarlo así? ¿Hasta hacerte comer? Éste es el corazón del matrimonio."

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