Capítulo XXVI
Oración para los malos pensamientos.
Señor, no te alejes de mí: Dios mio, mira en mi favor, que se han levantado contra mí vanos pensamientos y grandes temores, que afligen mi ánima. ¿Cómo pasarê sin lesión? ¿Cómo los destruirê?
Yo irê (dice Dios) delante de tí, y humillarê los soberbios de la tierra, abrirê la puerta de la cárcel, y revelarte he los secretos de las cosas escondidas.
Hazlo así, Señor, como lo dices, y huyan de tu presencia todos los malos pensamientos. Esta es mi esperanza y singular consolación confiar de tí, y llamarte de todas mis entrañas, y esperar en paciencia tu consolación.
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