jueves, 4 de abril de 2013

Mariposas, Pascua y Vida

La semana pasada, el sábado en anticipo de semana santa he salido de mi casa, y esperando a mi hermana a la puerta, he descubierto una mariposa que revoloteaba en torno a mi.  La he observado por un buen tiempo, pero volaba tan rápido que he dicho “pero no vueles tan rápido, no te puedo ver”.  Y Dios que nos regala momentos para alabarlo, me ha hecho un regalo:  al levantar mi mano para decirle que vuele más despacio, la mariposa me ha tomado por sorpresa y ha detenido su vuelo sobre la punta de uno de mis dedos.  Una gran sonrisa se ha dibujado en mis labios, y he estado asi un buen tiempo con miedo a moverme por no espantarla.  Y aunque estaba paradita sobre mi dedo podia sentir que se movia, sus alas nunca dejaron de moverse aunque no las abría tanto.  He estado así tal vez uno o dos minutos hasta que mi hermana abrió la puerta.  Entonces retornó al vuelo.   Me sentía féliz, porque esa tarde, me confesé y pensé que tal vez éste es el comienzo para una nueva vida, para un nuevo vuelo, como el de esa mariposa.  Y es que es la primera vez que me pasa algo asi, aunque he estado varias veces en un jardín de mariposas, con la ropa más brillante, y nunca una mariposa me había hecho tal honor.  Y este domingo de Pascua, he recordado lo que aprendí en una joyería, si a veces en los lugares menos esperados aprendemos algo, en esta joyería tienen una explicación de los diseños que usan.  Y uno es la mariposa, que según leí es un simbolo de la resurrección.  Así como la mariposa cambia de cuerpo, así también el cuerpo en la resurrección, se glorificará, como el cuerpo de nuestro Señor Jesucristo.  Nos decía el Padre esta semana, que hay que ver más allá del sepulcro, más allá del dolor, Cristo, ¡Jesús está vivo! No hay que estar tristes. Todos moriremos algún día, pero igual que una mariposa sale de su crisalis convertida en mariposa, también nosotros resucitaremos a una vida nueva, una vida donde la muerte no existe.  Y es que en verdad, la muerte es solo parte de la vida, si vivimos en esa esperanza, si creemos, si vivimos en Cristo, recusitaremos en Cristo.  Gracias a Dios, a esa mariposa y a las sabias palabras de nuestro sacerdote, he tenido una feliz Pascua.  La cruz ha sido glorificada por Cristo, en su amor.  El sepulcro esta vacío.  ¡Jesús ha resucitado!

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