miércoles, 25 de mayo de 2016

La Imitación de Cristo - Cómo Debemos Tener Paciencia con Humildad


Libro Segundo
Capitulo 2
Cómo Debemos Tener Paciencia con Humildad


No tengas en mucho quien es por tí o contra tí; mas ten cuidado que sea Dios contigo en todo lo que haces. Ten buena conciencia, y Dios te defenderá. Al que Dios quiere ayudar no le podrá dañar la malicia de alguno. 

Si tú sabes callar y sufrir, sin duda verás el favor de Dios. El sabe bien el tiempo y la manera de librarte; y por esto te debes ofrecer a él en todo. A Dios pertenece ayudar y librar de toda confusión. Algunas veces conviene para nuestra humildad que otros sepan nuestros defectos, y los reprendan. Cuando el hombre se humilla por sus defectos, entonces fácilmente aplaca y mitiga los otros, y satisface a los que están airados con él.

Dios defiende y libra al humilde, y al humilde ama y consuela: al humilde se inclina, y al humilde da grande gracia, y después de su abatimiento lo levanta a la honra. Al humilde descubre sus secretos, y le trae dulcemente a sí, y le convida. El humilde, recibida la injuria y afrenta, está en mucha paz; porque está en Dios, y no en el mundo. No pienses haber aprovechado algo, si no te estimas por el más bajo de todos.




lunes, 25 de abril de 2016

Te Presiento



Si, te presiento
En el murmullo
De la voz del viento
En el aroma
De la flor que se abre
En el rayo de luz
Y hasta en la lluvia
Presente estas
En la sonrisa
Del que está a mi lado
En la homilía
Del domingo en la misa
Y en mi vida

siempre estas presente.

sábado, 23 de abril de 2016

Salmo 139 y Tú Me Conoces de la Hermana Glenda


SALMO 139
Del maestro de coro. De David. Salmo.
Señor, tú me sondeas y me conoces
2 tú sabes si me siento o me levanto;
de lejos percibes lo que pienso,
3 te das cuenta si camino o si descanso,
y todos mis pasos te son familiares.
4 Antes que la palabra esté en mi lengua,
tú, Señor, la conoces plenamente;
5 me rodeas por detrás y por delante
y tienes puesta tu mano sobre mí;
6 una ciencia tan admirable me sobrepasa:
es tan alta que no puedo alcanzarla.
7 ¿A dónde iré para estar lejos de tu espíritu?
¿A dónde huiré de tu presencia?
8 Si subo al cielo, allí estás tú;
si me tiendo en el Abismo, estás presente.
9 Si tomara las alas de la aurora
y fuera a habitar en los confines del mar,
10 también allí me llevaría tu mano
y me sostendría tu derecha.
11 Si dijera: «¡Que me cubran las tinieblas
y la luz sea como la noche a mi alrededor!»,
12 las tinieblas no serían oscuras para ti
y la noche será clara como el día.
13 Tú creaste mis entrañas,
me plasmaste en el seno de mi madre:
14 te doy gracias porque fui formado
de manera tan admirable.
¡Qué maravillosas son tus obras!
Tú conocías hasta el fondo de mi alma
15 y nada de mi ser se te ocultaba,
cuando yo era formado en lo secreto,
cuando era tejido en lo profundo de la tierra.
16 Tus ojos ya veían mis acciones,
todas ellas estaban en tu Libro;
mis días estaban escritos y señalados,
antes que uno solo de ellos existiera.
17 ¡Qué difíciles son para mí tus designios!
¡Y qué inmenso, Dios mío, es el conjunto de ellos!
18 Si me pongo a contarlos,
son más que la arena;
y si terminara de hacerlo,
aún entonces seguiría a tu lado.
19 ¡Ojalá, Dios mío, hicieras morir a los malvados
y se apartaran de mí los hombres sanguinarios,
20 esos que hablan de ti con perfidia
y en vano se rebelan contra ti!
21 ¿Acaso yo no odio a los que te odian
y aborrezco a los que te desprecian?
22 Yo los detesto implacablemente,
y son para mí verdaderos enemigos.
23 Sondéame, Dios mío, y penetra mi interior;
examíname y conoce los que pienso;
24 observa si estoy en un camino falso
y llévame por el camino eterno.


viernes, 1 de abril de 2016


Alguna vez me preguntaron por mi fe, no recuerdo la pregunta, pero si la respuesta.  Dije que mi fe me daba la esperanza de volver a ver a mis seres queridos otra vez en el cielo.  Y es que si Jesús esta vivo, también lo están todos aquellos que creyeron en El.  Y algún día resucitarán a la vida eterna, aunque algunos ya gozan en la gloria de Dios.  Recuerdo que de niña me daba miedo dormir, pensaba que tal vez no volvería a despertar y me espantaba la idea de ya no existir, aún no comprendía la Pascua, aún no tenía fe.  Así que no fue hasta que comprendí que si moría no dejaría de existir, que aprendí a dormir tranquila. 

viernes, 26 de febrero de 2016

Aprender a Callar


Estoy enferma, mi voz no se escucha, esta obstruida mi garganta.  Solía pensar que de todo podemos aprender algo.  Ahora mi enfermedad me dice que calle, que escuche, que deje a un lado los problemas y contemple la grandeza de Dios, su amor incondicional.  El domingo, a pesar o por mi gripa, que apenas empezaba, mi cerebro se relajo, y disfrute de la misa como hace mucho no lo hacía.  Casi no canté, como suelo hacerlo, pero escuché, me envolví en el amor de Dios, que me alejaba de cualquier distracción.  Y este domingo me tocaba proclamar Su Palabra, pero Dios me ha dicho que calle, que escuche, que aprenda y tal vez que me llene de humildad, pues casi me glorío de casi  siempre estar dispuesta.  Y lo estoy, pero Dios es quien decide y esta vez, callaré, escucharé, y si Dios así lo permite, viviré una misa sin mi canto.  Y a propósito de la Cuaresma, Dios nos pide que este espacio de tiempo lo usemos para reflexionar, que nos alejemos de las distracciones de la vida cotidiana y nos acerquemos a El, que siempre espera, y nunca se cansa de llamarnos a la conversión.  Nos pide que hagamos una pausa en nuestra vida y observemos nuestro camino:   el que hemos dejado atrás y al que nos dirigimos, para que no nos alejemos del único camino que vale la pena, el de seguir a Jesucristo.  Nos pide escucharlo.


Y ahora, recordando, me doy cuenta que nosotros presenciamos lo que el Evangelio nos presentaba el domingo pasado.  Jesús se aparece entre nosotros en la Eucaristía, y hay que tener ojos que vean y oídos que oigan para reconocerlo, para hacer caso a las palabras de Dios Padre:   “Este mi Hijo amado, escúchenlo”.   Ojala y no esperemos la enfermedad para acercarnos a El, y lo hagamos desde ahora, agradeciéndole el gran amor que ya nos mostró en su Hijo Jesús.

lunes, 18 de enero de 2016

2016


Dios mío gracias te doy
Por el año pasado
Por sus alegrías y tristezas también.
Te pido en este año
Que comienza
Seas Tú quien guie mis pasos
Y me des la fe que acepta
Todo, pues proviene de ti
De tu misericordia
De tu amor infinito.
Y si has de corregirme
Haz que regrese a Ti
Con la humildad
Del hijo que al fin regresa al Padre.
Con la voluntad plena
De seguirte solo a Ti,
A tu hijo Jesucristo.
Envía a mi tu Espíritu,
Que este año todo lo que yo viva
Te lo ofrezca yo a ti,
Que Tú lo santifiques
Como ofrenda viviente,
No quiero separarme
Nunca, nunca de Ti.