Aroma de Luz...La Tierra Sonríe Floreciendo...
miércoles, 28 de noviembre de 2012
sábado, 3 de noviembre de 2012
Vivir con Cristo, Morir con Cristo, Vivir con Cristo
Hoy asistí a la misa de los fieles difuntos. En la homilia el Padre dijo esto: (no son sus palabras exactas):
En nuestra fe nosotros tenemos la esperanza de la vida eterna. Pues Cristo murió por nosotros para que nosotros pudieramos ser salvados. Es en el bautismo que morimos con Cristo y empezamos a vivir una vida nueva con Cristo, es por esto que cuando morimos, estamos llenos de vida eterna, no es morir, es despertar a una vida eterna. Esa es nuestra esperanza, si morimos con Cristo, estamos vivos con Cristo.
Si, su cruz nos ha ganado la vida eterna. Amén.
Aroma a
Jesús
viernes, 19 de octubre de 2012
Adelante
He aquí un canto que soliamos cantar en el grupo de jóvenes franciscanos (JUFRA). El coro es cantado y los otros versos declarados a dos coros, con el coro entre ellos. Se llama Adelante. Y muestra el modelo de vida del franciscano, una vida que aspira a ser como la de San Francisco de Asis, que siguio la vida de Jesús, como dice otro canto: ser un evangelio viviente. Recuerdo que lo cantabamos siempre al final de las reuniones. Lo copio de un "Pro Manuscrito" por Fray Cornelio Maya Ramos, OFM, Asistente Espiritual. Bendiciones para él por ese bello librito de oraciones de San Francisco y cantos que aún conservo. Recordar a San Francisco de Asis con estos cantos es siempre un entrar a un mundo de paz donde los problemas son poca cosa comparados con el gran amor de Dios para con nosotros. El libro indica que se canta en clave de FA. ¡PAZ Y BIEN HERMANOS!
Coro:
Adelante, Hermanos Franciscanos,
Nuestro Padre nos espera con amor.
Adelante, ¡Franciscanos!
En la vida siempre alegres
por la Bendición de Dios.
Adelante, ¡Franciscanos!
Con María, con Francisco y con Jesús.
Es nuestro Jefe: FRANCISCO DE ASIS
Es nuestra Regla: EL EVANGELIO
Y es nuestra vida: SEGUIR A JESUS
Coro...
Nuestra Reina y Señora: SANTA MARIA
Nuestra Madre y Maestra: LA IGLESIA
Y nuestro saludo: PAZ Y BIEN
Coro...
Pedimos y damos: AMOR
Pedimos y damos: CARIDAD
Pedimos y damos: FRATERNIDAD
Coro...
Es nuestra fuerza: LA POBREZA
Es nuestro lema: TRABAJAR
Y nuestro camino: LA HUMILDAD
Coro...
Es nuestro sello: LA ALEGRIA
Nuestro tesoro: ES LA PAZ
Y nuestro salario: LA FELICIDAD
Adelante, Hermanos Franciscanos,
Nuestro Padre nos espera con amor.
Adelante, ¡Franciscanos!
En la vida siempre alegres
por la Bendición de Dios.
Adelante, ¡Franciscanos!
Con María, con Francisco y con Jesús.
Aroma a
Cantos,
San Francisco de Asis,
Vida
martes, 18 de septiembre de 2012
La Historia de Paisia
Extraido de las historias de los padres del desierto en este link:
conocereis de verdad
Se contaba también este episodio sobre el padre Juan: Una jovencita llamada Paisia se quedó huérfana de padre y madre. Pensó entonces en convertir su casa en una posada para los huéspedes de los padres de Escete. Durante un periodo no pequeño se quedo allí, dando hospitalidad y sirviendo a los padres. Pero con el tiempo, cuando consumió su patrimonio, empezó a pasar estrecheces. Entonces se apegaron a ella hombres perdidos y la desviaron de su buen propósito, tanto que empezó a comportarse mal, hasta llegar a la prostitución. Los padres lo supieron y se pusieron muy tristes. Llaman al padre Juan el Enano y le dicen: "Hemos sabido que esta hermana se comporta mal, la misma que, cuando podía, nos demostró su amor. También nosotros quisiéramos demostrarle ahora nuestro amor ayudándola. Tómate el trabajo de ir a ella y, según la sabiduría que Dios te ha dado, encárgate de ella." El padre Juan se fue después donde ella y dijo a la vieja portera: "Anúnciame a tu ama." Pero la portera intentó despedirlo con estas palabras: "Primero habéis deborado sus riquezas y ahora está en la miseria" Le dice el padre Juan: "Dile precisamente que le puedo ser muy útil." Los criados, riéndose, le dicen: "¿Qué tienes que darle, para querer verla?" Y respondió: "¿Cómo vais a saber lo que le voy a dar?" La vieja subió a ella y le refirió el asunto. Dice la joven: "Estos monjes pasan siempre por la orilla del Mar Rojo y encuentran perlas." Se adorna y dice: "Sí, hazle venir a mí." Cuando hubo subido, ella, previniéndole, se colocó en el diván. El padre Juan fue a sentarse junto a ella y, mirándola a la cara, le dijo: "Qué motivo tienes para lamentarte de Jesús, que has llegado a este punto?" Al oír estas palabras, se quedó completamente helada. El padre Juan, bajando la cabeza, empezó a llorar a mares. Le preguntó: "¿Por qué lloras, padre?" Tras un pequeño ademán, se replegó de nuevo, llorando, y le dijo: "Veo a Satanás jugando en tu rostro ¿y no debería llorar?" Preguntó entonces la mujer: "Padre, ¿existe penitencia?" Le dice: "Sí." Y ella: "Llévame a donde quieras." Le dice: "Vamos." Y ella se levantó para seguirle. El padre Juan notó con estupor que no dio ninguna orden ni dijo nada respecto a su casa. Cuando llegaron al desierto era tarde; él hizo una pequeña almohada de arena, le hizo encima la señal de la cruz, y le dice: "Duerme aquí." Se alejó un poco, recitó sus oraciones y se acostó. Despertándose hacia la media noche, vio como un camino de luz que descendía desde el cielo hasta ella, y vio a los ángeles de Dios que llevaban su alma a lo alto. Levantándose, se le acercó y la tocó con el pie; y vio que estaba muerta. Se echó entonces rostro a tierra orando a Dios. Y oyó que el Señor había aceptado una hora de su arrepentimiento más que muchos de tantos que no están animados de un fervor semejante.
conocereis de verdad
Se contaba también este episodio sobre el padre Juan: Una jovencita llamada Paisia se quedó huérfana de padre y madre. Pensó entonces en convertir su casa en una posada para los huéspedes de los padres de Escete. Durante un periodo no pequeño se quedo allí, dando hospitalidad y sirviendo a los padres. Pero con el tiempo, cuando consumió su patrimonio, empezó a pasar estrecheces. Entonces se apegaron a ella hombres perdidos y la desviaron de su buen propósito, tanto que empezó a comportarse mal, hasta llegar a la prostitución. Los padres lo supieron y se pusieron muy tristes. Llaman al padre Juan el Enano y le dicen: "Hemos sabido que esta hermana se comporta mal, la misma que, cuando podía, nos demostró su amor. También nosotros quisiéramos demostrarle ahora nuestro amor ayudándola. Tómate el trabajo de ir a ella y, según la sabiduría que Dios te ha dado, encárgate de ella." El padre Juan se fue después donde ella y dijo a la vieja portera: "Anúnciame a tu ama." Pero la portera intentó despedirlo con estas palabras: "Primero habéis deborado sus riquezas y ahora está en la miseria" Le dice el padre Juan: "Dile precisamente que le puedo ser muy útil." Los criados, riéndose, le dicen: "¿Qué tienes que darle, para querer verla?" Y respondió: "¿Cómo vais a saber lo que le voy a dar?" La vieja subió a ella y le refirió el asunto. Dice la joven: "Estos monjes pasan siempre por la orilla del Mar Rojo y encuentran perlas." Se adorna y dice: "Sí, hazle venir a mí." Cuando hubo subido, ella, previniéndole, se colocó en el diván. El padre Juan fue a sentarse junto a ella y, mirándola a la cara, le dijo: "Qué motivo tienes para lamentarte de Jesús, que has llegado a este punto?" Al oír estas palabras, se quedó completamente helada. El padre Juan, bajando la cabeza, empezó a llorar a mares. Le preguntó: "¿Por qué lloras, padre?" Tras un pequeño ademán, se replegó de nuevo, llorando, y le dijo: "Veo a Satanás jugando en tu rostro ¿y no debería llorar?" Preguntó entonces la mujer: "Padre, ¿existe penitencia?" Le dice: "Sí." Y ella: "Llévame a donde quieras." Le dice: "Vamos." Y ella se levantó para seguirle. El padre Juan notó con estupor que no dio ninguna orden ni dijo nada respecto a su casa. Cuando llegaron al desierto era tarde; él hizo una pequeña almohada de arena, le hizo encima la señal de la cruz, y le dice: "Duerme aquí." Se alejó un poco, recitó sus oraciones y se acostó. Despertándose hacia la media noche, vio como un camino de luz que descendía desde el cielo hasta ella, y vio a los ángeles de Dios que llevaban su alma a lo alto. Levantándose, se le acercó y la tocó con el pie; y vio que estaba muerta. Se echó entonces rostro a tierra orando a Dios. Y oyó que el Señor había aceptado una hora de su arrepentimiento más que muchos de tantos que no están animados de un fervor semejante.
Aroma a
Arrepentimiento,
Historias,
Penitencia,
Perdón
Extraido de conocereis de verdad
Gregorio de Narek, (hacia 944-hacia 1010), monje y poeta católico - armenio - Libro de poesías, nº 74
Son numerosas mis deudas y superan toda cifra,
sin embargo no son tan sorprendentes como tu misericordia.
Múltiples son mis pecados, pero son todavía pequeños, comparados con tu perdón...
¿qué es lo que puede hacer un poco de tiniebla
a tu luz divina?
¿Cómo puede una pequeña oscuridad rivalizar
con tus rayos, tu que eres tan grande?
¿Cómo la concupiscencia de mi frágil cuerpo
puede ponerse en la balanza
con la Pasión de tu cruz?
¿Qué pueden parecer a los ojos de tu bondad, oh Todopoderoso,
los pecados de todo el universo?
He aquí que son.... como una burbuja de agua
que por la caída de tu lluvia abundante,
desaparece inmediatamente...
Eres tú quien da el sol
a los malos y a los buenos,
y haces llover para los dos indistintamente.
Para unos es grande la paz a causa de la espera de la recompensa;...
pero a aquellos que han preferido la tierra,
por tu misericordia los perdonas:
tú les das también un remedio de vida con los primeros;
tú esperas siempre que retornen a ti.
Gregorio de Narek, (hacia 944-hacia 1010), monje y poeta católico - armenio - Libro de poesías, nº 74
Son numerosas mis deudas y superan toda cifra,
sin embargo no son tan sorprendentes como tu misericordia.
Múltiples son mis pecados, pero son todavía pequeños, comparados con tu perdón...
¿qué es lo que puede hacer un poco de tiniebla
a tu luz divina?
¿Cómo puede una pequeña oscuridad rivalizar
con tus rayos, tu que eres tan grande?
¿Cómo la concupiscencia de mi frágil cuerpo
puede ponerse en la balanza
con la Pasión de tu cruz?
¿Qué pueden parecer a los ojos de tu bondad, oh Todopoderoso,
los pecados de todo el universo?
He aquí que son.... como una burbuja de agua
que por la caída de tu lluvia abundante,
desaparece inmediatamente...
Eres tú quien da el sol
a los malos y a los buenos,
y haces llover para los dos indistintamente.
Para unos es grande la paz a causa de la espera de la recompensa;...
pero a aquellos que han preferido la tierra,
por tu misericordia los perdonas:
tú les das también un remedio de vida con los primeros;
tú esperas siempre que retornen a ti.
Aroma a
Misericordia,
Poemas
miércoles, 29 de agosto de 2012
Dios se interesa por ti
Link donde he encontrato el poema del Cardenal Newman: Dios se interesa por ti
Te llama por tu nombre,
seas quien seas,
Dios se fija en ti a titulo individual.
Te llama por tu nombre.
Te ve y te comprende tal como te hizo.
Sabe lo que hay en ti, conoce todos los pensamientos
y sentimientos que te son propios,
todas tus disposiciones y gustos, tu fuerza y tu debilidad.
Te ve en tus días alegres y también en los de tristeza.
Se solidariza con tus esperanzas y tus tentaciones.
Se interesa por todas tus ansiedades y recuerdos,
por todos los altibajos de tu espíritu.
Ha contado los cabellos de tu cabeza y ha medido tu estatura.
Te rodea con sus cuidados y te lleva en sus brazos,
te alza y te deposita en el suelo.
Ve tu auténtico semblante ya esté sonriendo
o cubierto de lágrimas, sano o enfermo.
Vigila con ternura tus manos y tus pies,
oye tu voz, el latido de tu corazón y hasta tu respiración.
Tú no te amas a ti mismo más de lo que Él te ama.
Aroma a
Amor,
Beato John Henry Newman,
Link,
Poemas
jueves, 2 de agosto de 2012
A propósito de las olimpiadas
1 Corintios 9:16-27
16 Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al
contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el
Evangelio! 17 Si yo realizara esta tarea por iniciativa propia, merecería ser
recompensado, pero si lo hago por necesidad, quiere decir que se me ha confiado
una misión.18 ¿Cuál es entonces mi recompensa? Predicar gratuitamente la Buena
Noticia, renunciando al derecho que esa Buena Noticia me confiere. 19 En efecto, siendo libre, me hice esclavo
de todos, para ganar al mayor número posible.20 Me hice judío con los judíos
para ganar a los judíos; me sometí a la Ley, con los que están sometidos a ella
–aunque yo no lo estoy– a fin de ganar a los que están sometidos a la Ley.21 Y
con los que no están sometidos a la Ley, yo, que no vivo al margen de la Ley de
Dios –porque estoy sometido a la Ley de Cristo– me hice como uno de ellos, a
fin de ganar a los que no están sometidos a la Ley. 22 Y me hice débil con los
débiles, para ganar a los débiles. Me hice todo para todos, para ganar por lo
menos a algunos, a cualquier precio. 23 Y todo esto, por amor a la Buena
Noticia, a fin de poder participar de sus bienes. 24 ¿No saben que en el
estadio todos corren, pero uno solo gana el premio? Corran, entonces, de manera
que lo ganen.25 Los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una
corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible. 26
Así, yo corro, pero no sin saber adonde; peleo, no como el que da golpes en el
aire.27 Al contrario, castigo mi cuerpo y lo tengo sometido, no sea que,
después de haber predicado a los demás, yo mismo quede descalificado.
Reflexión:
Aroma a
Biblia,
Corintios,
Espiritualidad,
Olimpiadas,
Reflexiones,
San Pablo
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