lunes, 18 de abril de 2022

La Virgen María y mi hermana

 


Mi hermana, es mi hermana.  Lo digo porque no es muy religiosa.  Y sin embargo, ella ha sido mi compañera en las aventuras espirituales a las que nos hemos lanzado desde niñas.  Ella, al igual que yo, fue miembro de la Jufra o Juventud Franciscana en México, aunque ella era una niña yo yo era una adolescente.  También fue parte del coro y de varios grupos juveniles dentro de la iglesia.  Y al igual que yo ha participado en varias presentaciones teatrales dentro de la iglesia.  Todo esto dentro de nuestra juventud.  En varias ocasiones, como he mostrado aquí, me demuestra su conocimiento sobre Dios y nuestra relación con Él.  Éste Viernes Santo, ambas precensiamos el Viacrusis viviente desde Iztapalapa por la televisión.  Ambas estabamos conmovidas con el realismo de éste Viacrusis.  No hicimos comentarios, talvez muy pocos.  Al siguiente día, comentamos de ir a visitar las 7 iglesias, como es costumbre en nuestra ciudad natal.  Algo que nunca hemos hecho aquí, pero que nos gustaría.  Por motivos de trabajo, no fue posible.  Pero de repente me dice: Creo que debo de rezar más a la Virgen hoy.  Y yo con mi inigualable franqueza le respondí, que era Jesús a quién debía de recordar, Dios me perdone, no recuerdo el motivo, bueno, le dije que porque Jesús fue el que vivió la Pasión.  Me dijo, si, pero, ¿No viste cuánto sufrió María?  María, la Dolorosa, la Virgen Madre, que acompañó a su Hijo hasta la cruz.  La que lo vió crecer, la que hizo posible su primer milagro.  ¿Cómo podemos hacerla a un lado?  Si María va siempre al lado de Jesús.  Leía hoy o ayer, no recuerdo, que según la Visión de una santa, al verse por primera vez después de la resurrección, Madre e Hijo se envolvieron en un abrazo que duró cerca de una hora, que María se llenó de felicidad desde el preciso momento en que Jesús resucitó.  Que los angeles tuvieron que darle fuerza para poder contenter tanta felicidad.  ¿Se imaginan después de sufrir gran dolor, después de que una espada de dolor la traspasara al ver morir a su Hijo, verlo vivo otra vez?  Alguna vez, he pedido perdón a María por hacerla sufrir así.  Y sin embargo, ella, la Virgen María, esta llena de amor para nosotros.  Correspondamos a ese amor maternal.  Y junto con ella, llenemos de gozo, al precensiar el milagro más grande de todos los tiempos: ¡Jesús ha resucitado!  No estemos tristes, que con Él resucitó todo su amor, todo su perdón, toda su misericordia, Él, que es la vida, no podía ser contenido en un sepulcro, y resucitó para darnos vida, vida eterna, ya desde hoy.






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