domingo, 13 de marzo de 2022

Rezar

 




Hoy el sacerdote nos presentó la transfiguración de Jesús como un resultado de la oración.  Confieso que he procastinado en mi tiempo de oración los últimos meses y lo que dijo me alentó a retomar mis oraciones.  Dijo que orar a Dios es como un adelanto del Cielo!  Sobretodo orar frente al Santisimo.  Y es que al rezar nos ponemos en comunicación con Dios y Dios siempre escucha, siempre y siempre responde, inclusive con el silencio.  Me parece que ya lo he escrito aquí antes, pero recuerdo de una ocasión en que me encontraba triste.  En el silencio de mi corazón ccomenzé a desahogarme con Jesús.  Al terminar, una paz inundó mi corazón.  Sentí como si Jesús me abrazara y me sentí más tranquila.  No le pedí nada, simplemente confié en mi mejor amigo.  Como dijo hoy el padre, descansó mi corazón, descansó en el corazón de Jesús.  Me parece que se llama consolación.  Y el rezar nos vuelve sensibles a la precensia de Dios.  Recuerdo haber escuchado algunas oraciones empezar diciendo "nos ponemos en la precensia del Señor..." Y es que Dios siempre está ahí, tan cercano como una oración.  Algo más que nos dijo el sacerdote fue que esta Cuaresma deberiamos transfigurarnos como lo hizó Jesús.  Yo lo entendí en usar la oración para acercarnos más a Dios y alejarnos del pecado.  Ójala lleguemos a la Pascua con nuestras túnicas tan refulgantes como la de Jesús, es decir, en gracia.  Emprendamos un nuevo camino de la mano de la oración, y compartamos con los demás la alegría de tener a Jesús no solo como amigo, sino como nuestro Salvador.

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