viernes, 21 de septiembre de 2018

¿Qué hacer ante la crisis de la Iglesia?

Empezare por decir que me duele los momentos por los que esta pasando la iglesia.  Me refiero a los casos de pedofilia en los que algunos sacerdotes de varios paises se han visto envueltos.  Me reconozco pecadora, como lo somos todos los seres humanos, excepto Cristo (Romanos 3:23 "todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios.")  La iglesia esta formada por pecadores, por ti y por mi.  Y los sacerdotes son humanos como nosotros con tendencia a pecar.  Esto no justifica por ningun motivo lo que estos sacerdotes han hecho escondiendose tras su titulo de sacerdotes y de la confianza que se deposito en ellos.  Si, me duele, pero asi como no todos los musulmanes son terroristas, no todos los sacerdotes son pedofilos.  Que tal vez se debio de manejar de una manera más justa esta crisis, es cierto.  Sin embargo, no es hora de dejar la iglesia.  Hace dos domingos nuestro parroco pidio una disculpa por lo sucedido con estos sacerdotes.  Dijo estar enojado.  Yo mas que enojada estoy triste.  No entiendo como personas que se supone estan educadas en el amor de Dios, puedan cometer actos tan despreciables.  En mi parecer, son personas perversas, enfermos.  Me toco ver un video que alguien subio a las redes sociales donde un sacerdote, ya avanzado en edad confiesa lo ocurrido en su escuela.  Imperdonable, tal vez para nosotros, le han fallado a Dios y a su iglesia, pero por su forma de hablar, me di cuenta que no sabia la magnitud de sus actos, pues ni siquiera lo veia como un pecado.  He leido varios articulos sobre como actuar, que hacer, a quien acudir.  Y recuerdo cuando los apostoles dijeron a Jesus "Señor, ¿a quién iremos?, Tú tienes palabras de vida eterna."  Y como dijo nuestro parroco la iglesia es esa barca bajo la tempestad, pero quien lleva el timón es Jesús.  Y El no dejará que su barca se hunda.  Reconozco que cuando escuché la última noticia de abusos a menores en Philadelphia, tuve miedo, miedo de que la institución de la iglesia se colapse.  Pero Jesús es la cabeza y nosotros el cuerpo.  Lo que ellos han hecho no borra esta realidad.  Jesús sigue siendo quien murió por mi y por ti en la cruz, y la iglesia y los sacerdotes santos, los que hacen posible que cada domingo en misa, Jesús se haga presente en cuerpo y sangre ante nosotros.  Entonces ¿Qué hacer? pues lo que se recomienda ante las hacechanzas del demonio, rezar, pedirle a Dios, a Maria y a todos los santos, que limpie y purifique a la iglesia de estas personas que han hecho tanto daño no solo a sus victimas, sino también a la fe que en algunos pueda tambalear por estos eventos.  Rezemos por las victimas de estos actos para que puedan ser sanadas en Cristo. Y como enfatizó nuestro parroco, rezar también por nosotros, para que podamos resistirnos al pecado.  Rezar por el Papa, por los sacerdotes, por las personas consagradas, por las vocaciones, nosotros exigimos que sean casi perfectos, pero ¿y nosotros?  Tal vez sea un cliche, pero si queremos cambiar al mundo, si queremos cambiar la iglesia, empezemos cambiando nosotros.  Y empezemos por no señalar a todos los sacerdotes, pues no todos son culpables.  Y recordemos que Jesús es el mismo, hoy, mañana y siempre.  Es en El en quien tenemos puesta nuestra fe.


Mateo 16: 13-18

13 Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?     14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.  15 El les dijoY vosotros, ¿quién decís que soy yo?  16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.





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