La
Esperanza
Resumen de los primeros 5 puntos de la encíclica de SS Benedicto XVI.
INTRODUCCION
1. 1. “SPE SALVI”, o “en esperanza fuimos
salvados”, Rom, 8, 24. La redención o
salvación de la fe cristiana nos da la esperanza de saber con certeza de que
nuestro futuro es esa salvación, lo cual hace más llevadera la vida si ponemos
nuestros ojos en esa meta. ¿Pero, en qué consiste esa certeza de que somos redimidos
por esa esperanza?
LA FE ES
ESPERANZA
2. 2. Pues
por la fe sabemos que nuestra vida no termina con la muerte, lo cual nos
da esperanza en el presente al saber que nuestro futuro es “una realidad
positiva”. Esto cambia la vida del
cristiano pues al saber que su futuro no es incierto por medio del evangelio lo
lleva a actuar su mensaje y a cambiar su vida. Así que el Evangelio no es solo informativo
sino “performativo”.
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3. 3. La esperanza es redención. Llegar a conocer al verdadero Dios es recibir esperanza. Como ejemplo se cita a la Santa Josefina
Bakhita quien después de ser esclava en Sudan, su país natal fue comprada por
un mercader italiano y llevada a Italia.
Ahí conoció al Dios verdadero, se sintió amada, esperada, sabía que
Jesús había padecido por ella y que la esperaba en el cielo. Se supo creada, amada por un “Paron” (dueño)
supremo, un Señor que estaba por encima
de cualquier otro y que era bueno, “la bondad en persona”. Saber esto le dio esperanza y se sintió
redimida pues ya no se sintió esclava, sino libre. Así que se negó a que la devolvieran a Sudan,
pues no quería separarse de este nuevo “Paron”.
En 1890 recibió los Santos Sacramentos y en 1896 tomo los votos en la
Congregación de las hermanas Canosianas. En la congregación tenia labores en la
sacristía y en la portería. Y además
hizo varios viajes por Italia para exhortar la misión del evangelio, pues
quería que todos conocieran a este Dios, que conoció por Jesucristo , esta
esperanza que la había redimido.
EL CONCEPTO DE ESPERANZA BASADA EN LA FE Y EN LA IGLESIA PRIMITIVA
4. 4. Al igual que Bakhita, muchos de los
primeros cristianos eran esclavos y vivieron una experiencia similar a la
suya. Pues Jesús hizo posible su
encuentro con el Señor de todos los señores el Dios vivo. Y aunque Jesús no era un revolucionario trajo
un cambio a la sociedad desde dentro, pues la esperanza en este en encuentro
“era más fuerte que el sufrimiento de su esclavitud.” Como ejemplo tenemos la carta de San Pablo a Filemón que envía San
Pablo con el antiguo esclavo de Filemon pero ya no como esclavo, sino como
hermano: « Te recomiendo a Onésimo, mi hijo, a quien he
engendrado en la prisión [...]. Te lo envío como algo de mis entrañas [...].
Quizás se apartó de ti para que le recobres ahora para siempre; y no como
esclavo, sino mucho mejor: como hermano querido » (Flm 10-16).
Y así se llamaban los primeros cristianos: hermanos. Se habían convertido juntos y habían recibido
el mismo espíritu. Así que se sabían que
su sociedad no era esta sino una nueva en la que esperaban y hacia la que
caminaban juntos. Como dice la carta a
los hebreos que “los cristianos son huéspedes y peregrinos en la tierra
añorando la patria futura (Hebreos 11:13-16, Filipenses 3:20).
5. Los primeros cristianos no solo eran
esclavos o pobres, sino que hubo también
conversiones en las clases altas y cultas. Ellos también vivían sin esperanza y sin Dios
pues los dioses del estado romano habían sido reducidos a una religión política,
las ideas filosóficas los habían hecho irreales y tan solo se veía lo divino en
las fuerzas cósmicas. Sin embargo, no había un Dios al cual
pudieran rezar. De acuerdo a San Pablo
la vida según Cristo es opuesta a una vida regida por los elementos del
cosmos. Como explica San Gregorio el
nacimiento de Jesús marca el fin de la astrología pues ahora las estrellas
“giran según el orden establecido por Cristo”, por Dios que utilizó una
estrella para guiar a los reyes magos hasta Jesús, que llegan a adorar a su Rey.
Según entiendo ahora, los movimientos de las estrellas son regidas por los
designios de Dios, no son las estrellas las que marcan nuestro destino o las
que nos gobierna, sino Dios, un Dios personal que gobierna el universo: “la
razón, la voluntad, el amor: una Persona.”
Y si conocemos a esta persona ya no somos esclavos del cosmos sino
libres. No somos productos de la
casualidad. Pues por encima de las leyes
de la naturaleza esta la voluntad de Dios, un Dios que se nos hizo visible en
Jesús, un Dios que se nos presento como Amor en su hijo Jesús.
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