domingo, 5 de octubre de 2014

4 de Octubre - San Francisco de Asis




Es la madrugada del 5 de Octubre, no tengo sueño.  Y leyendo un blog que sigo, he recordado que precisamente ayer fue la Fiesta de San Francisco de Asis, el segundo santo que conocí.  San Francisco, o como lo llamamos cariñosamente "Panchito", me trae recuerdos de mi infancia, pues la ciudad de donde provengo podría decirse que es Franciscana.  Ahi cada año en la madrugada del 4 de Octubre, los devotos o los que van a pagar "mandas" (promesas hechas por un milagro), llegan hasta el pie del cerro que lleva a Real de Catorce y caminan toda la noche hasta llegar a la iglesia de San Francisco.  Personalmente, nunca hice esa caminata, pero recuerdo a mis primos y tios hacerla.  Como era niña iba en camión, aunque no cada año.  Recuerdo la iglesia tapizada de "milagros", pinturas hechas como agradecimiento a San Francisco por el milagro concedido.  Llegabamos a la iglesia y entrabamos de rodillas hasta el altar, desde donde se podía observar a San Francisco. Rezabamos y subiamos por una escalera donde esta la pared tapizada con las pinturas de milagros, ya en el segundo piso, encontrabamos un cuarto con más milagros.  Y desde ahí saliamos a la calle.  Afuera habia puestos de dulces tipicos, y mas milagros, peros estos pequeñas figuritas me parece que de aluminio o cobre que podías comprar para llevar como agradecimiento.  "Panchito" fue especialmente mi santo predilecto, pues a los catorce años forme parte de un grupo de jóvenes franciscamos de mi ciudad.  Ahi, con "Panchito" aprendí a "vivir el evangelio", o al menos traté. En el grupo llamado "JUFRA" leíamos las lecturas y el evangelio del domingo y opinabamos sobre como podriamos implementarlo en nuestras vidas.  También en este grupo creció mi amor por el canto, pues cantabamos canciones franciscanas por un buen tiempo y era algo que disfrutaba mucho.  Fue con este grupo que cante por primera vez en una misa en el coro, aunque fue solo una vez, fue un sueño hecho realidad.  Ese año fue muy importante para mi pues me acerco más a Jesús.  Desafortunadamente no pude recibir la Tau (cruz franciscana), para ingresar formalmente al grupo, pues tuve que emigrar a los Estados Unidos.  Sin embargo, siempre quedo en mi ese amor a la vida franciscana.  Recuerdo que años después hize 3 nudos en un vestido gris, tanto era mi deseo de ser franciscana.  Luego leí que antes los trajes de los franciscanos eran grises y me dió una gran alegría.  Aunque sigo siendo franciscana solo de corazón.  

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