En el tiempo de enfermedad de mi madre, le dije inocentemente que yo tenía otra mamá, mi madre un poco afectada por la medicina se puso triste, pero enseguida volvió la alegría a su rostro al recordarle que esa otra mamá es la Virgen María. Ahora mis dos madres están en el cielo, y este canto que aprendí de niña me trae el recuerdo de las dos mamás que Dios, en su amor, nos obsequia:
“Tengo en casa mi mamá
Pero mis mamás son dos
Tengo otra que me cuida y me adora
Y es también mamá de Dios.”
¡Dios nos permita saber apreciarlas a las dos!
Y a todas las mamás del mundo:
“Feliz Día de las Madres”
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