Hay un oasis en el desierto donde un día
A pedir agua se paró
un forastero
en medio de palmas verdes había un pozo y
una muchacha estaba ahí
y su nombre era Sara.
“Eres un judio” la mujer le dice
“Con que valor me pides de beber
Son miles de años y más que tipos
Como tú no pasan por aquí
Y no hablan con nosotros
Más por qué lo haces
A la samaritana los judios
Un poco de agua nunca le piden”.
“Tú mujer si conocieras quien está
Delante de ti le pedirías
Un sorbo de agua
Y ahora soy yo quien te dará
De beber a ti
Yo que soy un judio”.
A aquél forastero
Le responde la mujer
“Pero de donde tomaras ésta agua para beber
Yo veo que no tienes una tina junto a ti
Profundo es el pozo si quieres puedes decirme como haras”
El miró a la mujer
Sonriente explicó
“ No se haya en el pozo esta agua de vida
Que yo te daré”
Y ella, y ella, y ella
Era incrédula
Y él, y él, y él
Al oído se le acercó
Le susurra algo
Y ella palideció
“ Tú sabes todo de mi
Me quieres decir quien eres
Solamente un profeta
Conoce el secreto
De cualquiera de nosotros.
Me quieres decir quien eres
“Señor, yo se, que un día
El mesías como un pobre vendrá.
Y cuando venga está escrito
Que cada cosa nos dirá
Porque viene del cielo”.
Y aquél forastero de tanta belleza
Miró aquella mujer con tanta dulzura
Y dice “Soy yo, el que te dice sí
Bebieras del agua mía, nunca más morirás”.
Y ella fue la primera en saber de él
Que aquél hombre del pozo
Era el Hijo de Dios
Llamado Jesús.
- Adriano Celantano
No hay comentarios.:
Publicar un comentario