Este domingo el Evangelio nos habla sobre la Segunda Venida de Cristo. Nos dice que el sol y la luna dejarán de brillar y las estrellas caerán del cielo. Entoces veremos al Hijo del Hombre venir desde los cielos. Puede que éstas imágenes nos causen un poco de temor, pero en lo personal a mi me llenan de alegría. Por qué? Pues porque es cuando vendrá Jesús y toda lágrima se secará y estaremos por siempre junto a El. Pero para eso debemos estar preparados. Es decir, seguir sus enseñanzas día a día, amar a Dios y a nuestro prójimo, pues no olvidemos que se nos juzgará en el amor. Si vivimos como Cristo nos ha pedido, no dudemos que podremos vivir junto a El en la eternidad, aunque no por mérito propio, sino por el gran sacrificio de Jesús en la cruz, para que nadie se glorie.
Me recuerda un canto que soliamos cantar en el coro: " Cristo viene entre aclamaciones, el Señor al son de trompetas."
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