lunes, 22 de diciembre de 2025

Los dos burros - don Bruno Ferrero




 A la cueva de Belén llegaron con dificultad, incluso dos burros.

Estaban cansados y molestos. 

Sus lomos estaban desgarrados por las pesadas bolsas que el molinero, su amo, cargaba diariamente y por los golpes de bastón que no ahorraba. 

Habían oído a los pastores hablar del Rey de Reyes que vino del Cielo y ellos también habían acudido. Siguieron esa estrella y delante de la cueva, se quedaron a contemplar al Niño. 

Le adoraron, rezaron como todos y pusieron a sus pies como don lo único que tenían: su vida. Y sus dolores, sus penas... 

Al salir les esperaba el despiadado molinero y los dos burros partieron con la cabeza baja, con el pesado bastón sobre la espalda. "No sirve de nada", dijo uno, "le rogué al Mesías que me quitara la carga y no lo hizo". 

"Yo en cambio", respondió el otro, que trotaba con cierto vigor, "le pedí que me diera la fuerza de llevarlo!".


Y si alguien te dice: "La vida es dura", pregúntale: "¿En comparación con qué?".


- Don Bruno Ferrero - 

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