Hoy el sacerdote nos explicó que la bienaventuranza de los pobres se refiere a los pobres de espíritu, pues Jesús no puede bendecir la pobreza. Nos dijo que ser pobre de espíritu significa no poner tu confianza en tus bienes ni pecar de orgullo poniendote a ti mismo al centro de tu vida. Y dijo algo que me puso a pensar, citó la frase me parece de un Santo que dijo: la única tristeza que existe es el no llegar a ser santo. Nos citó también algo que dijo San Juan Pablo Segundo: En realidad es a Jesús a quien buscáis cuando sońais la felicidad.
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