martes, 14 de mayo de 2024

Virgen de Fatima

 Hoy he regresado a casa temprano.  He prendido la televisión y he presenciado el final de la misa de la Virgen de Fatima desde Fatima, Portugal.  He empezado a verla desde la oración de los fieles que se dijo en varios lenguajes.   Al final de la misa se expuso al Santisimo y se dió una bendición a los enfermos con el Santisimo que fue llevado hasta ellos.  El comentarista nos dijo que se cree que es Jesús mismo quien imparte la bendición y que algunas personas quedan sanadas según sea la voluntad de Dios en sus inescruptables designios.  Me pareció tan conmovedor la fe de la gente.  Eran cientos de enfermos, muchos en sillas de ruedas.  Me dió mucho gusto también escuchar un canto de la oración que fue enseñada por el angel a los pastorcitos de las apariciones de Fatima.  Es una oración que yo hago cada domingo durante la Eucaristía, aunque hace apenas unos días he aprendido que es mejor permanecer en silencio.  Me dio gusto porque yo la aprendí en un rosario hace muchos años y no estaba segura si la rezaba bien.  La oración es la siguiente: "Dios mio, yo te amo, te adoro te busco y te espero.  Y te pido perdón por aquellos que no te aman, no te adoran, no te buscan y no te esperan." Así la rezo yo.  

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